Para liderar, es preciso seguir.
Miguel Ángel Pla
Presidente y Director General
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¿Qué efecto tiene este estilo de liderazgo sobre la fuerza de trabajo?
No debería sorprender que los líderes creen y al mismo tiempo contagien. Dicho de otra manera, potencian a los otros para traducir la intención en realidad y sostenerla. Esto no quiere decir que los líderes deban renunciar al poder, ni que los seguidores deban desafiar continuamente la autoridad, sino que el poder debe convertirse en unidad de intercambio, en signo cambiante de transacciones creativas, productivas y comunicativas.
Los líderes eficaces terminarán por recoger la cosecha humana de sus esfuerzos con la simple acción de la reciprocidad del poder: la potencian.
Todo esto pone la dualidad en movimiento: del poder a la potenciación y e esta nueva mente a aquél, casi como si el director y los músicos de la orquesta o los líderes y sus subordinados se complementaran mutuamente y, en un crescendo de voces armoniosas, construyeran una epifanía de esfuerzo humano.
Lo esencial en el liderazgo de una organización es que el estilo del líder, más que empujar a la gente, la atraiga. Un estilo de influencia por atracción funciona precisamente por la atracción y la dotación de energía, que logra en la gente una visión estimulante del futuro.
Liderar es una responsabilidad y la eficacia de esta responsabilidad se refleja en las actitudes de los liderados.