Liderar no es Mandar
Miguel Ángel Pla // Presidente y Director General // direccion@miguelpla.com // Teléfono: (81) 43 00 25
Cuando hablamos de Liderazgo-liderar, a veces se suele confundir su significado y se lo asocia con mandar o con tener poder. Si buscamos en el Diccionario de la Real Academia Española, algunos de los
significados de Mandar son: Imponer un precepto, Encomendar o encargar algo, Manifestar la voluntad de que se haga algo, Regir, gobernar, tener el mando. De liderar: Dirigir o estar a la cabeza de un grupo, de un partido político, de una competición, etc. Y Poder: Tener expedita la facultad o potencia de hacer algo, Tener más fuerza que alguien, vencerle luchando cuerpo a cuerpo.
Liderar y mandar no son la misma cosa, aunque a veces coinciden en una misma persona. Ser líder implica tener determinada cuota de poder, pero no siempre ocurre así. Para ser líderes hay que ser
inspiradores, creativos, motivadores, trazar un camino, tener visión, y ello sin tener como eje principal al poder. Hay gente que por la función o profesión que tiene, detenta determinado poder, como sucede en la política, la religión, el sindicalismo, en la empresa, sin embargo no son líderes, en el sentido de
Liderazgo que tratamos en esta oportunidad.
Como me referí antes en su significado, Liderar es estar a la cabeza de un grupo/equipo. El Liderazgo es un rol grupal y consiste en incidir, influir en el comportamiento de los demás miembros del grupo y así concretar ciertos objetivos, ciertos resultados grupales.
El líder tiene “seguidores”, no “súbditos” y no cualquiera tiene las aptitudes necesarias para serlo. El Líder debe saber motivar,inspirar, brindarse, trascender, capacitar y formar, fomentar la comunicación,
la participación, saber identificar y reconocer las necesidades de cada miembro del equipo, detectar quién puede ser útil para qué cosa, posibilitar el crecimiento y desarrollo de cada integrante, confiar, transmitir un sentido de pertenencia al grupo evitando así que algún miembro quede marginado, darle alas y que pueda volar.
El Líder no debe suscribirse a dar órdenes para que se ejecute una tarea. Las decisiones de un líder prevén un análisis previo que incluye el saber qué hacer y qué no hacer y, por sobre todas las cosas debe tener especial cuidado en cómo comunica lo que quiere a su grupo.
Es cierto que es más sencillo inspirar al grupo cuando las cosas van bien, sin embargo, la función del Líder resalta en momentos difíciles, de crisis. Si un líder dice: “tenemos un desafío”, en vez de: “tenemos un problema”, ocurren cambios muy importantes en la percepción de esa situación o circunstancia, que hace que el grupo que lidera se sienta mucho más capaz a la hora de responderle.
Por ello, es importante detenerse en cómo el Líder se expresa, de qué manera se comunica y escucha a su equipo, siempre siendo sincero y sin esconder o maquillar la realidad, transmitiéndole confianza, fomentando el feedback y, ante la adversidad, siempre ser positivos, destacar los logros y aprender de los fracasos.