14Mar 2018

Miguel Ángel Pla
Presidente y Director General
direccion@miguelpla.com
Teléfono: (81) 83 78 47 10

Los líderes deben prepararse para ser capaces de innovar, motivar y adaptarse a las nuevas e inesperadas situaciones que se presenta. En todo esto es fundamental el liderazgo organizacional.
El liderazgo organizacional es la habilidad del líder para orientar el trayecto a seguir, a través de la estimulación, de todas las áreas que conforman un sistema de organizaciones; potenciando al máximo cada una de ellas y logrando, a través de la creatividad, la consecución de objetivos y la satisfacción de las necesidades de la empresa.
Es una capacidad interpersonal del líder a través del cual éste influye, induce y anima a los empleados a llevar a cabo los objetivos de la empresa con entusiasmo y por propia voluntad. 
Cabe mencionar que una de las desventajas es que cuando el líder no tiene control sobre las recompensas del organismo, o cuando existe un alejamiento importante entre los superiores y los subordinados, el líder es anulado tanto en su función de relacionarse con el grupo como en su función de organizar el trabajo. 
¿Cuáles son las características del liderazgo organizacional?
• La existencia de planes 
• Un procedimiento estandarizado 
• Formalización 
• Firmeza organizacional 

13Mar 2018

Miguel Ángel Pla
Presidente y Director General
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Pasas una gran parte de tu día trabajando y compartiendo momentos con tu jefe.

Esa relación es una de las más importantes de tu vida por la repercusión que tiene en tu bienestar profesional y emocional.

¿Te has parado a pensar qué haces para mantener un buena relación con tu jefe?

Emplea esa energía en buscar soluciones a los problemas que hay en torno a tu trabajo y el incremento de sueldo y el reconocimiento llegaran luego. En vez de llorar por los clientes que la empresa ha perdido, prepara un plan de marketing alternativo y preséntaselo a tu jefe.

Intenta colaborar más allá de tus responsabilidades. Trata la lista de cosas que tienes que hacer en el trabajo como un plato de tu comida favorita; devórala y degústala. Y cuando lo hayas terminado, pide postre (alguna tarea extra) al jefe y si sigues teniendo hambre de éxito platícalo con él.

Pregúntate que es lo que tu jefe espera de ti y si no lo sabes puedes preguntárselo y verificar lo que has hecho. Hazle saber que tú estás ahí para conseguir juntos objetivos comunes. Tu jefe te necesita más de lo que piensas. El resultado de tu trabajo se reflejará en sus éxitos.

Cada jefe posee su propio estilo: los hay autoritarios, democráticos, asesores, o incluso complacientes. Si conoces el estilo del tuyo, eso te ayudará a entender mejor sus acciones y te dará una idea de cómo compenetrarte mejor con él.

12Mar 2018

Miguel Ángel Pla
Presidente y Director General
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Desarrollo de empleados
El tema del desarrollo de los empleados muestra a los empleados que tanto los directivos como la organización tienen en cuenta su carrera y el crecimiento personal. Existen varios métodos para estimular el desarrollo de los empleados.

Los empleadores pueden tomar esfuerzo adicional para asegurarse de que los empleados tengan más oportunidades de aprendizaje en el lugar de trabajo estimulando el crecimiento personal.

Las actividades de la tutoría con alto nivel también pueden fomentar el desarrollo.

¿Cómo aplicar nuevas habilidades?

Gestión del rendimiento
La gestión del rendimiento es una segunda área motivacional en la cual los gerentes pueden concentrarse para mejorar la motivación de los empleados. La gestión del rendimiento implica la implementación de programas diseñados para hacer que los empleados tomen conciencia de sus fortalezas y debilidades. El conocimiento de estos puede llevar a una motivación adicional para mejorar las debilidades y aprovechar las fortalezas. Los gerentes pueden desarrollar estrategias para reconocer el desempeño del empleado, tanto formal como informal. También pueden proporcionar retroalimentación positiva a los empleados por sus logros. La creación de un clima en el que se fomenta el refuerzo positivo en todos los niveles motiva a los empleados a hacer lo mismo con otros.

Comunicación
Una mayor comunicación entre los empleados y la gerencia también es un tema de motivación que los administradores pueden utilizar para estimular el desempeño del empleado, el crecimiento y la participación. Los talleres y actividades que hacen hincapié en el desarrollo de habilidades interpersonales pueden concientizar a los empleados de sus habilidades de comunicación propios. Los gerentes pueden alentar y motivar a los empleados a comunicar claramente las expectativas también. Trinka señala que los gerentes que se centran en las competencias de comunicación cada vez aumentan su efectividad de liderazgo global en un 50 a 60 por ciento.

Incentivos
Aunque las empresas pueden centrarse en diversos incentivos no financieros para desarrollar la motivación de los empleados, estos tienden a estar más motivados por incentivos tangibles. Los gerentes no necesariamente tienen que hacer los incentivos financieros de un tema principal, pero sí pueden utilizar estos motivadores como secundarios en relación con otros temas motivacionales.

Las recompensas financieras en forma de bonos son una manera de hacer esto, pero las opciones basadas en el desempeño y salario son otras. Las opciones sobre acciones pueden aumentar la motivación de los empleados dándoles una participación en el desarrollo de la empresa.

09Mar 2018

Miguel Ángel Pla
Presidente y Director General
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Para comprender por qué la visión es tan básica para el éxito del liderazgo nos basta con reflexionar sobre la razón por la cual se constituyen las organizaciones.

Una organización es un grupo de personas comprometida en una empresa común. Los individuos se unen a la empresa con la esperanza de recibir recompensas por su participación.

En función de la organización y de los individuos implicados, las recompensas pueden ser principalmente económicas, o bien pueden estar dominadas por consideraciones psicológicas, como estatus, autoestima, sentido de realización personal o sentido de la existencia.

Una organización trata de maximizar sus recompensas a partir de su posición en el medio exterior y, por otro lado, los individuos de la organización tratan de maximizar su recompensa a partir de su participación en la organización. Cuando ésta tiene un claro sentido de su finalidad, dirección y futuro deseado y cuando su imagen es ampliamente compartida, los individuos son capaces de encontrar sus propios roles tanto en la organización como en la sociedad de la que forman parte.

Cuando los individuos sienten que cuentan y que pueden mejorar la sociedad en la que viven mediante su participación en una organización, es mucho más probable que estén dispuestos a poner vigor y entusiasmo en sus tareas y que los resultaos de su trabajo se refuercen mutuamente.

En estas condiciones, las energías humanas de la organización se alinean tras un fin común, a la vez que se ha satisfecho una condición capital del éxito.

08Mar 2018

Miguel Ángel Pla
Presidente y Director General
direccion@miguelpla.com
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Cuando hayas hecho todo lo que podías para ayudar a los miembros de tu equipo, y cuando se hayan ido y estén volando alto, podrás pensar que terminaste. Pero no es así. Aún queda un paso más que dar para complementar el trabajo.

Enséñales a repetir la fase de desarrollo y guiar a otros. Es que no hay éxito sin sucesor.

Este proceso con las personas será una gran alegría ver cómo los líderes que desarrollas y equipas vuelvan a repetir el proceso con los demás.

Debe ser similar a lo que siente un bisabuelo al observar las generaciones sucesivas que se han criado en su familia. Con cada una, el éxito continúa.

Los efectos positivos de desarrollar a otros son siempre notorios.

Tú puedes elevar a la gente que te rodea y enseñarle a volar. Es verdad que hay que desearlo y comprometerse con el proceso, pero es la parte más gratificante del éxito.
Una vez que aprenden, son capaces de llegar casi a cualquier parte. Y a veces, cuando están volando alto, te ayudan a ti también.

Nunca te arrepentirás de haber invertido tiempo en la gente

07Mar 2018

El educador y diseñador de ordenadores Alan Kay, en su famosa cita, dijo: “La mejor forma de predecir el futuro es inventarlo”. Pero, ¿qué hace falta para inventar el futuro en un mundo tan turbulento e incierto? ¿Cómo construyen su historia las organizaciones exitosas, a la vez que crean un nuevo punto de vista sobre lo que vendrá a continuación? ¿De qué manera se mantienen las marcas fieles a su promesa original, a la par que ganan peso frente a nuevos clientes con diferentes valores y preferencias? ¿Cómo pueden los ejecutivos consagrados estar seguros de que toda la sabiduría y la experiencia obtenidas con años de esfuerzo no están limitando lo que son capaces de imaginar para el futuro?

Estas son las preguntas que separan a las organizaciones y líderes, cuyos mejores años están por venir, de aquellos que se quedarán atrapados en el pasado. En las investigaciones que he realizado para mis libros y para mis contribuciones a HBR, me he esforzado por prestar especial atención a los líderes que parecen entusiasmarse con estas preguntas, en lugar de quedarse paralizados por ellas. Al reflexionar sobre estos líderes y sobre los hábitos mentales que los impulsan, me he dado cuenta de que la mayoría se puede clasificar en una de estas cuatro categorías:

El fanático del aprendizaje

Una de las grandes satisfacciones de ser un líder es que se puede llegar a ser un maestro y compartir con compañeros más jóvenes y ávidos de buenos consejos, la sabiduría adquirida a lo largo de una carrera. Pero cuando se trata de inventar el futuro, los líderes más efectivos son aquellos que no dejan de aprender. Los líderes creativos siempre se preguntan: “¿Estoy aprendiendo tan rápido como cambia el mundo?”

El CEO de WD-40, Garry Ridge, puede que sea, de las personas que conozco, el ejecutivo más obsesionado con el aprendizaje. Ha innovado y ha tenido un crecimiento sin precedentes. ¿Cuál es el secreto del éxito de WD-40? Se trata de la dedicación de Ridge a la construcción de una organización de “maníacos del aprendizaje”, entusiasmados con la idea de involucrarse con las nuevas tecnologías y los nuevos modelos de negocio. Ridge le dio alas a un grupo de ejecutivos e ingenieros, llamado Team Tomorrow (equipo del mañana), para fomentar el aprendizaje en toda la empresa. Su pregunta favorita para sus compañeros, una prueba de su afán por aprender, es: “¿Cuándo fue la última vez que hiciste algo por primera vez?” Los líderes que están preparados para los cambios futuros están decididos a seguir aprendiendo a la misma velocidad a la que evoluciona el mundo.

El innovador personal

Cuanto más tiempo se haya trabajado en un sector, cuanto más éxito se haya tenido, más difícil resultará ver nuevas posibilidades, seguir nuevos patrones o trazar nuevos caminos hacia lo que nos debemos enfrentar. Con demasiada frecuencia, los líderes de alto nivel permiten que lo que ya saben, limite lo que son capaces de imaginar. Este es un gran problema: uno no puede inventar el futuro si se aferra a ideas desactualizadas, aunque hayan funcionado en el pasado.

Rosanne Haggerty, una de las grandes activistas sociales de Estados Unidos, ha tenido un fuerte impacto en la lucha contra la mendicidad. Pero su logro más grande y revolucionario es la Campaña 100.000 Hogares. Tuvo que replantearse todo lo que había hecho por su causa. La activista recuerda: “Llegué a la conclusión, para mi asombro, que habíamos desarrollado una forma de enfrentar el problema intrínsecamente limitada. Tuvimos que cambiarlo todo”. Este acto de reinvención personal fue muy difícil y absolutamente necesario. Haggerty advierte: “Muy a menudo, el orgullo que provoca su idea más reciente se convierte en una barrera para ver la siguiente”. Los líderes más preparados para el futuro saben cuándo es el momento de reinventarse.

El optimista resuelto

El liderazgo es emocional e intelectual. La forma en que nos presentamos, la actitud y las ideas que generamos determinan el tono que se requiere para hacer cambios profundos en tiempos convulsos. El gurú de cómo se desarrolla la vida en las empresas, John Gardner, defiende que los grandes líderes emanan un “optimismo resuelto”. Al futuro, dice, “no lo diseñan quienes realmente no creen en él. Lo crean personas motivadas, entusiastas, hombres y mujeres que desean mucho algo o creen mucho en algo”.

El empresario de la joven empresa Metro Bank, Vernon Hill, está remodelando el futuro de los servicios financieros en Reino Unido y emana un espíritu contagioso de energía y confianza. Cierto es que su modelo comercial de alto compromiso entre el trabajador y la empresa está reinventando un sector que es notoriamente conocido por su pésimo servicio. Pero esa es la mentalidad que caracteriza a la banca de rápido crecimiento. El joven afirma: “Si no mantenemos una sensación de energía, empañamos el mensaje”. Por eso, la empresa busca líderes con entusiasmo, a los cuales les inspire la misión del banco. Usted no podrá diseñar un futuro próspero para su empresa a menos que le entusiasme lo que le deparará ese futuro.

El experimentador entusiasta

Hay un secreto bien guardado sobre el futuro, que muchos de nosotros no queremos afrontar: los avances más emocionantes se construyen sobre una base de proyectos que se quedaron a medias, productos que decepcionaron e iniciativas que fracasaron. Es por eso, que los líderes más preparados para el futuro plantean muchas ideas, siendo plenamente conscientes de que la mayoría de ellas no fructificarán, para que unas pocas puedan llegar a ser más de lo que nadie pudo imaginar.

¿Hay algún ejecutivo que represente mejor el espíritu de experimentación que Jeff Bezos? El CEO de Amazon es la persona más rica del mundo, gracias a su disposición a apoyar ideas que no funcionan. En una ocasión dijo: “Si va a hacer apuestas audaces, serán experimentos. Y si son experimentos, no se sabe de antemano si van a funcionar”. Los líderes preparados para el futuro saben que no hay éxito sin contratiempos, no hay avances sin reveses.

Por supuesto, como en todos los entornos, lo anteriormente dicho es una simplificación, y muchos no encajaríamos en una única categoría. Pero para la mayoría de nosotros, adquirir cualquiera de estas aptitudes ayudaría con el arduo trabajo de hacer un gran cambio. No hay garantías de que una actitud particular le vaya a ayudar a diseñar un futuro más próspero para su organización o para usted mismo. Aunque, si cada uno de nosotros puede descubrir cuál de estos hábitos se adapta mejor a lo que somos, podremos prepararnos mejor para el futuro.

En cualquier ámbito, los líderes que saben reinventar lo que han hecho hasta el momento, los que saben actualizar y reinterpretar los productos y servicios que ofrecen y los que experimentan son aquellos que lograrán hacer crecer sus organizaciones. ¿Es usted este tipo de líder?

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