Llevo 14 años trabajando para compañías increíbles en América Latina —estuve en Procter & Gamble durante 12 años y llevo trabajando en Laureate International Universities los últimos dos—. He tomado cursos de liderazgo y leído libros sobre el tema, pero, para ser honesto, no he aprendido mucho de ellos. Prácticamente todo lo que sé sobre ser líder lo he aprendido a través de experiencias con mis jefes, mentores y compañeros.

He tenido 24 jefes, 3 mentores y 2 compañeros que me han dejado grandes lecciones, mismas que se han convertido en mi brújula a lo largo de mi carrera. ¿Qué he aprendido de ellos? En resumidas cuentas, lo siguiente…

Los líderes tienen un sentido profundo de la responsabilidad. La actitud es algo pequeño que hace una GRAN diferencia. Los mejores líderes asumen las consecuencias de sus acciones, y no solo de su rol o parte en un trabajo. Además, sienten una gran pasión por lo que hacen y le dan dirección para que las cosas sucedan. Su modo de pensar y actuar favorece el trabajo en equipo y logra que todos se sientan comprometidos con los objetivos. Entienden que la posición que tienen en una compañía no define lo que hacen; son ellos quienes definen sus tareas y ayudan a los demás a través de ello.

Predican con el ejemplo. Una cualidad básica que debe poseer todo líder es estar cerca de su equipo, es decir, en la trinchera, apoyando, aconsejando. Un líder necesita predicar con el ejemplo, y no hay mejor ejemplo que ser uno con el equipo, identificando los éxitos, proporcionando confianza y generando una rápida curva de aprendizaje. Un líder debe ser coherente con sus palabras y acciones; por lo tanto, es crucial que se haga responsable de los resultados. Un líder suele pensar en grande y convencer a su equipo de creer en el sueño para conseguir resultados extraordinarios.

Este cuestionamiento constante ayuda a entender las causas reales de los problemas de negocio. Sin importar cuál sea el tema de discusión con estos líderes, siempre querrán saber más y entender lo que hay detrás. Nunca se sienten satisfechos con una respuesta básica que no va lo suficientemente profundo.

En P&G habría una gran regla que decía que necesitas preguntar “¿por qué?” de cinco a siete veces para poder encontrar la raíz de un asunto. Si te detienes después del primer “por qué”, nunca podrás tomar la acción apropiada para resolver el asunto.

Incentivan la creatividad y la innovación. Aún recuerdo el día en que me entrevistaron para P&G en 2004. En la entrevista final el director de marketing me lanzó un clip y me pidió que hiciera diferentes formas con él. Esta persona realmente entendía el poder de la creatividad en un negocio.

Todos los grandes líderes que he conocido son muy creativos. Siempre tienen una solución fuera de la caja, algo que nadie más había pensado. Les das 3 opciones y ellos crean una cuarta que es mejor. También generan una cultura que motiva constantemente a las personas a ser creativas y a tener ideas fuera de la caja.

Si no has visto la película biográfica de Steve Jobs, ve ahora a Netflix y hazlo. Todo el filme es un testimonio del poder de la creatividad: verás a Jobs buscando una solución creativa todo el tiempo. El fundador de Apple creó una cultura que incentiva la creatividad y la innovación, y ambas cosas están en el corazón del éxito de su compañía.

 Defienden (con argumentos) aquello en lo que creen.Los grandes líderes luchan por defender lo que creen. No tienen miedo de retar, aunque de manera respetuosa, a quienes están por encima de ellos, exponiendo argumentos claros para defender sus puntos de vista.

¿Quieres saber cuándo una idea es realmente innovadora? Una buena señal es que algunos la amarán y otros la odiarán. Si la idea le gusta a todo el mundo, existe una probabilidad alta de que no sea disruptiva. Es posible que a quienes estén por encima de ti no estén de acuerdo contigo, así que si no tienes el valor de pelear por ella, nunca verá la luz del día.

En mi experiencia, cuando peleas por algo, cuando defiendes tus creencias, te ganas el respeto de la gente.

Cuidan a su gente. Por último, pero no menos importante: cualquier líder necesita de más personas para generar éxito. Entre más arriba llega una persona, más depende de las personas debajo de ella, y menos puede entregar resultados por sí sola. Suena simple, pero hace todo el sentido del mundo… por eso es sorprendente ver cómo muchos gerentes y directivos no lo toman en cuenta. Tuve un jefe que era un excelente líder y solía decir: “Cuida a la gente y la gente cuidará de tu negocio” (Thomas Amman, P&G Marketing Director, 2014). Y mientras que muchos consideran que esta es la “soft part” de su trabajo, para mí este es el conductor #1 de satisfacción laboral. Más que el dinero, los ascensos y las responsabilidades.  Si eres cuidadoso sacarás lo mejor de tu equipo; lo empujarás a ser más productivo y a dar más de sí mismo. Crearás un espacio de trabajo positivo que incentivará a las personas a unirse y que odiarán dejar atrás.

A manera de resumen, esta es una lista de las cualidades que poseen los mejores líderes con los que me he topado:

  • No temen al fracaso, te empujan para que actúes a pesar del miedo
  • Se toman el tiempo de guiarte
  • Te empujan cuando eres fuerte
  • Te protegen y ayudan cuando estás vulnerable
  • Te preguntan “¿qué piensas?”
  • Están disponibles en momentos definitorios
  • Filtran la presión
  • Promueven el buen trabajo
  • Se aseguran de que tu plan salarial esté al día, tu siguiente tarea esté planeada y te empujan a crecer cuando estás listo.
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