Miguel Ángel Pla – Presidente y Director General – MPC
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La manera negativa de pensar es algo que tiene resultados totalmente reales en el mundo y afecta los balances financieros reales.

Una de las razones para esto es que el hecho de esperar resultados, ya sean positivos o negativos, causa reacciones químicas en el cerebro.

Los investigadores de las ciencias neurológicas nos explican que la espera de unos buenos resultados produce la sustancia química llamada dopamina. La dopamina tiene la facultad de ayudar al cerebro a mantenerse alerta e interesado, estas son muy importantes para el rendimiento y el funcionamiento.

Un cerebro positivo y optimista es un cerebro productivo y lleno de energía, listo para explorar ideas nuevas y resolver problemas difíciles. Esa es precisamente la manera de pensar que los líderes les quieren infundir a sus organizaciones y para ello resulta importante acabar de raíz con lo negativo.

Básicamente, podemos pensar en la incapacidad aprendida como un cambio que se produce en el software del cerebro cuando se interrumpe en nuestra vida una de las leyes más esenciales del universo: la ley de causa y efecto. Nos va mejor cuando somos capaces de causar que nos sucedan cosas buenas y evitar otras que no lo serían. Dependemos de ello todos los días, de nuestra incapacidad para decidir nuestra propia calidad de vida en las formas más pequeñas, e incluso en algunas de las más grandes.

De esta forma el cerebro actúa con rapidez es decir; actúa y ocurrirán cosas buenas. Cuando esta conducta se va reforzando desarrollamos una vida en la cual sentimos que tenemos poder para actuar y eficacia.
Hagamos lo que hagamos, el mundo que nos rodea se desploma al cincuenta por ciento. A pesar de nuestros esfuerzos, nuestros clientes pierden la mitad de su portafolio, la economía continua viniéndose abajo… todo esto nos afecta de manera directa.

Cuando uno tiene expectativas de tipo negativo, se produce en su cerebro un cóctel químico diferente; el cerebro nos dice “No hagas nada porque como usted no tiene el control alguno sobre lo que lo mantiene afligido, da lo mismo que siga intentando lograr algún control.”

La gran lección para los líderes es esta: En una situación de incapacidad aprendida, el cerebro puede hacer un gran cambio en su manera de pensar con respecto a cómo le indica a todo su sistema que reaccione.
Cuando se acaban las iniciativas se detiene el pensamiento creativo y esto es la incapacidad aprendida, su cerebro piensa: “No hay nada que pueda hacer” Sin embargo aunque parecería que las cosas no pueden empeorar, lo cierto es que lo hacen. Se irá convirtiendo en un estilo de pensamiento cada vez más pronunciado y predecible.

Así que lo invito a pensar las consecuencias que trae para el negocio y que podría suceder si su gente siente que no tiene control alguno sobre los resultados. Cuando hacemos este descubrimiento todo cambia para bien, en el negocio puede haber alguien que se sienta paralizado por no lograr su objetivo y a la misma vez dentro del mismo negocio puede existir alguien que este teniendo la mejor época de su vida laboral.

¿Cómo sucede tal cosa? Muy simple, ellos están pensando diferente. ¿Y ustedes?

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