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Salvo casos emocionales, lo común es que el ser humano haga las cosas como cree que saldrán mejor. Para ello recurre a la intuición, a la lógica, al ensayo y error, y cuando hay que meter más presiona a la jerarquía. En menor grado, a practicar conceptos estudiados previamente.

Generalmente hay una buena intención, la cual se confunde con el comportamiento real (autoengaño), que es lo que otros ven.

Estadísticas confiables tomadas en más de cincuenta países reflejan que cerca del 80% de los directores, gerentes y supervisores que asisten a  nuestro seminario de  ” Liderazgo Grid  – Liderando con Impacto ”   http://www.miguelpla.com/correos/masinfoLCI01.html                                                  sufren de autoengaño. Esto hace que no vean la necesidad de mejorar.

Desde el jefe Paternalista que asegura que no tiene problemas con sus colaboradores, y que según dice, la puerta de su oficina siempre está abierta para quien quiera confrontar con él, hasta un supervisor que lejos de delegar le dice al subordinado lo que tiene que hacer y cómo debe hacerlo y pasando por otros estilos, menos abrasivos pero igualmente frustrantes.

Todos tienen en común una cosa: desconocen las consecuencias de su trato en el ánimo y moral de sus colaboradores directos.

Esto puede ser hoy más grave que nunca antes cuando la competencia obliga a tener gente leal y comprometida.

Se busca aumentar la productividad, y para ello, no hay nada mejor que una formación consistente con los valores tradicionales de respeto y confianza mutuos que hacen posible el uso de una herramienta excepcional:

El feedback personal y la crítica a los procesos

 Comprender cómo le perciben los demás, y las consecuencias de ese estilo en el ánimo de otros, es motivador. Muchos son los auto-engañados en la empresa.

Pocas cosas motivan más que un jefe que aprecia el esfuerzo y las contribuciones de los demás, que da evidencias de honestidad y compromiso, y que ve en el feedback la herramienta valiosa que es.

Ese perfil puede crear una masa crítica de máxima competitividad. Las empresas de vanguardia saben de su utilidad y promueven el feedback sincero y oportuno a todos los niveles.

El autoengaño opera tanto a nivel de la mente individual como a nivel colectivo. El precio tácito de la pertenencia a cualquier grupo es el de no darnos cuenta de nuestras propias dudas e inquietudes y no cuestionarnos siquiera la forma en que el grupo hace las cosas. El grupo por su parte sofoca toda discrepancia, incluso la saludable.

Lo único que puede librarnos del poder hipnótico del autoengaño es el valor para buscar y afirmar la verdad y cada uno de nosotros posee su propia parcela de verdad y debe tener la osadía de expresarla

Miguel Angel Pla

Presidente y CEO                                                                                                                                                                                                                                            

MIGUEL  PLA  CONSULTORES

E-Mail : direccion@miguelpla.com miguelpla-consultores-4

1.- No crear tensiones innecesarias.

Los líderes en ocasiones originan tensiones inconscientes cuando pretenden que sus profesionales actúen como ellos en lugar de permitirles que sean auténticos. Si éstos perciben que no les importan al líder puede surgir el resentimiento, por el contrario respetarán a los que están dispuestos a sacar partido de sus competencias y permiten que no se sientan limitados o restringidos.

2.- Detectar las competencias de sus profesionales.

El líder debe detectar las fortalezas de sus colaboradores, en lugar de criticar sus debilidades y trazar planes en los que puedan contribuir al máximo. Tiene, también, que detectar qué es lo que importa más a sus profesionales y permitirles que crezcan y lo desarrollen.

3.- Facilitar el desarrollo del potencial de los miembros de su equipo.

Nunca seremos capaces de conocer de lo que un colaborador es capaz si no le damos responsabilidades para conocer su auténtico potencial. Para ello se les puede poner en situaciones en los que puedan incrementar su confianza y autoestima. Supone que el líder debe estar dispuesto a observar y a permitir los fallos y a ayudarles a superarlos.

4.- Situar a los miembros del equipo en posiciones en las que tengan influencia.

Situar a los miembros del equipo en posiciones en las que tengan influencia para ver cómo reaccionan y se comportan en su nuevo rol. Supone permitir que estos descubran su potencial y observar cómo lideran y colaboran con otros. Los profesionales más comprometidos son aquellos que sienten que sus líderes confían en ellos y les asignan responsabilidades, concediéndoles autonomía para desempeñarlas.

5.- Compartir los éxitos con los miembros del equipo.

De esta manera conseguiremos que se sientan parte importante de los logros. Los colaboradores quieren apoyar, también, a sus líderes en los momentos en que estos se sienten vulnerables si éstos son capaces de serlo suficientemente transparentes para compartir sus momentos de debilidad. No aspiran a tener líderes perfectos , sino quieren que sean lo suficientemente abiertos como para compartir su camino con ellos.

6.- Mostrarse consistentes.

Mostrarse consistentes, para facilitar el que los profesionales puedan confiar en ellos y ganar su respeto. En muchas ocasiones los líderes no son conscientes de que para retener y comprometer a sus colaboradores deben tener en cuenta en sus actuaciones a los intereses, deseos y aspiraciones de éstos. Si no se sienten respaldados por sus líderes no se van a comprometer.

Cuando se trata de persuadir, el nivel más básico es… el del puñetazo en la mesa, si bien hoy es una forma mal vista… al menos teóricamente. Todos nos podríamos apuntar a que “Los altavoces refuerzan la voz, pero no los argumentos” (Kaspar) pero también es cierto que muchas veces se tiene más en cuenta el nivel de ruido o la jerarquía para tomar decisiones. Y así nos va…

Un nivel algo más sutil que el anterior es el de persuadir desde nuestra visión personal de las cosas, tendiendo así a argumentar y defender con pasión aquellos puntos de vista que están de acuerdo con nuestras creencias, pensamientos, sentimientos, valores y experiencias.

No ver el mundo con los ojos sino con nuestro cerebro, nos suele llevar con frecuencia a  descuidar datos y comprobaciones y a pretender infantilmente que aún así los demás nos sigan y se entusiasmen con lo que proponemos.

Lo que vence pero no convence

Muchos de los planteamientos habituales -especialmente vinculados a formas pobres de ejercer el liderazgo- son poco eficaces porque ni son objetivos ni son formalmente correctos. A saber:

1. Plantear las cosas en términos absolutos y competitivos (para ganar), sin un análisis objetivo de datos. Algo que se hace desde estilos “autoritarios” y que también se ve mucho en las tertulias de televisión. Como consecuencia, los demás se cansan y se limitan a ceder… sin sentirse convencidos.

2. Defender los puntos de vista personales con arrogancia y/o “aires de superioridad” y sin dar apenas espacio a lo que otros puedan decir. Un ejemplo típico  de este estilo “paternalista” suele ser el “te lo digo por experiencia”.

3. Solo argumentar de un modo “oportunista”, es decir, en función del beneficio personal y no del colectivo,  bien sea imponiendo u ocultando el propio criterio en función de que las circunstancias lo permitan.

4. Actuar con un estilo “conservador” y así defender una posición o la otra según vayan las cosas y de qué personas se trate. Un caso típico es cuando esto se hace en función de la jerarquía o antigüedad.

5. Dejar pasar las cosas, esperar que se resuelvan solas y defenderse con el típico “A mi no me informaron de eso…”

6. Argumentar desde un estilo “amistoso”, es decir, con muchas precauciones o de una forma indirecta para evitar un posible rechazo de los demás: “A lo mejor me equivoco, pero creo que…”

Cultiva tu liderazgo argumentando mejor

Es fácil ver los estilos que “vencen pero no convencen” en los demás. Es algo más difícil verlos en uno mismo. Sin embargo, “haberlos hailos” y cada cual tiene su tendencia.

A partir de ella estaría bien reconocer que lo más eficaz suele ser tomar decisiones en función de las circunstancias y basándolas en la información disponible. Y lo contrario no solo lleva a malas decisiones sino a generar una progresiva desmotivación y desconfianza.

Con todo esto, si quieres comunicarte de un modo más eficaz y así trabajar tu liderazgo desde la argumentación quizás podrías considerar lo siguiente:

1. Practicar la “escucha activa” como fuente objetiva de información y también como ejercicio de inteligencia emocional. ya que no solo se convence con el “qué” sino también con el “cómo”. Fondo y forma son inseparables.

2. Trabajar siempre que se pueda con datos y hechos objetivos y, consecuentemente, con flexibilidad y apertura para atender y ceder la razón a ideas contrapuestas si alguien demuestra con datos sus planteamientos.

3. Utilizar con rigor los datos a la hora de presentarlos

4. La defensa de las propias ideas no debería caer en el absolutismo. Incluso aunque los datos las apoyen rotundamente. Un argumento lleno de datos pero falto de empatía puede ser rechazado por crear la sensación de que hay ganadores y perdedores. Por eso nunca estará de más utilizar el lenguaje con habilidad y adaptando nuestro estilo a cada persona.

Transformación Cultural en una Organización

8 Preguntas …………….

 

1.      Cuando usted habla de la transformación cultural, ¿a qué se refiere? ¿En qué circunstancias podría una empresa buscar transformar su cultura?

Siempre. La necesidad de transformar la cultura y de asegurar de que siempre tengas la cultura en su lugar para impulsar el éxito operativo sostenido es una búsqueda y prioridad de negocios que nunca acaban. Una cultura saludable, dinámica y madura impulsará el éxito y mantendrá cualquier tipo de organización “en la delantera”. Muchos factores están creando “perturbaciones” en todos los sectores —la digitalización, la globalización, la necesidad de operar en dos velocidades (rápido en las economías emergentes; más lento en las economías maduras)— y los diferenciadores tradicionales, como el tamaño, el alcance, el legado y la posición en el mercado, ya no son diferenciadores. Para mantenerse con ventaja, los directores ejecutivos y los equipos de más alto nivel siempre deben estar reconsiderando, remodelando y reinventando no solamente su propio propósito sino el propósito de la empresa también. Ya no se trata de la empresa que uno desea crear; ahora se trata más de la empresa que uno debe crear.

2.      ¿Cómo se define cuál es la cultura adecuada para una organización?

Tienes que ser apasionado y diligente sobre la medición de todo. Este es el sexto paso de mi Modelo de la Transformación Cultural. La medición de métricas operativas es parte de él. La medición de la eficacia de tus sistemas de talento y tus niveles de compromiso, recabar puntos de vista de tus clientes y proveedores y medir lo que funciona y no funciona en tu cultura, todos son críticos. Básicamente se trata de hacer uso de tus fortalezas y dones —los aspectos positivos heredados de tu negocio (y cultura)— y abordar los “huecos”; tener una disciplina de enfoque láser es lo que se requiere. A veces el equipo directivo (el “nivel C”) determina basado en este “mundo de retroalimentación” que la empresa debe ser más innovadora. Esto luego conduce a estrategias sobre cómo reclutar y seleccionar talento que posee la capacidad de ser ágil, sagaz e innovador. Recetar antes de diagnosticar es una mala praxis médica. Y diría yo que el mismo principio se aplica en el mundo de la reinvención y renovación empresariales.

 

3.      ¿Qué papel debe jugar el director ejecutivo cuando se trata de la transformación cultural y la creación de un futuro convincente de una organización? ¿Cómo se puede lograr eso?

La cultura siempre comienza con el director ejecutivo. Es el primer paso en mi Modelo de la Transformación Cultural. Si no tienes un director ejecutivo que sea un gran líder, que posea un gran carácter, valores, patrones de pensamiento, constitución emocional y grandes habilidades, que haga lo que dice, un director ejecutivo que tenga la capacidad y el coraje para pensar diferente, pensar en grande, es imposible crear y sostener una cultura positiva que impulse el éxito operativo. Los grandes directores ejecutivos piensan diferente y piensan en grande, pero compensan esto con una gran dosis de humildad. Esto es lo que necesita un director ejecutivo para trabajar con su equipo directivo para crear un futuro convincente de la organización. Una vez más, se trata de crear la organización que se debe crear, no la organización que se quiere crear.

 

4.      ¿Cuáles son las principales características de los líderes que están listos y dispuestos a transformar la cultura en su organización? ¿Puede darnos algunos ejemplos de líderes que han tenido éxito en la dirección de tal cambio?

Un fuerte “núcleo interno”. Carácter —valiente, diligente, la integridad, mostrar gratitud, leal, la modestia— valores de logro merecedor y traer mayor valor al mundo, la construcción de relaciones y el altruismo. Una fuerte auto-imagen, pero ¡no demasiado fuerte! Pensadores positivos, una constitución emocional madura, la agilidad para aprender constantemente, liderar el cambio. Luego, por supuesto, las habilidades del pensamiento crítico, el pensamiento estratégico, la toma de decisiones, etc. Entrevisté algunos directores ejecutivos para mi nuevo libro y permítame mencionar a Kathy Mazzarella, presidente y CEO de Graybar de la lista Fortune 500, Eddie Maachalaani, fundador y CEO de Bigcommerce, y Kris Canekeratne de Virtusa, que ha pasado de ser una empresa de ventas de 10 millones a 400 millones en 10 años.

 

5.      ¿Cuáles son algunas de las claves para sostener el cambio de comportamiento a través del tiempo en vez de por unos pocos días o semanas?

·         Mensajes claros, persuasivos y convincentes del director ejecutivo y del equipo directivo sobre los “dones” y “huecos” de su organización, así como una comunicación de lo imperativo para transformar, esto para que todos entiendan qué de su postura debe ser no negociable: Se trata de la organización que todos debemos crear, no de la organización que queremos crear.

·         Reuniones plenarias en cascada para reforzar los “mensajes” y reforzar el “futuro convincente” de su organización y la arquitectura de ella.

·         “Grupos de enfoque” en cascada para solicitar una retroalimentación honesta.

·         El empoderamiento de los gerentes y los empleados para poner en operación la arquitectura y asumir la responsabilidad; crear un ciclo sin fin de convertir las ideas innovadoras en problemas a resolver. Se trata de la organización que todos debemos crear, no la organización que queremos crear.

 

6.      Usted ha dicho que la “Transformación Positiva” es cuando la “Ideología del Confort” y la “Tiranía de la Costumbre” se consideran más “dolorosas” que la “Ideología de la Diferencia”. ¿Podría explicar qué quiere decir con esto?

 

Las personas sólo cambian cuando sienten dolor. El tener una conciencia cognitiva de tener dolor no es suficiente para inducir el cambio. Los grandes líderes no solamente fomentarán un ambiente en el que las personas asocien el “dolor” con quedar igual, con el status quo, etc., sino al mismo tiempo crearán y fomentarán alternativas convincentes que prometan placer. En esto radica el gran secreto de lograr una mentalidad transformadora (individual y colectiva) en su organización. La habilidad de pintar escenarios de “dolor/placer” y hacer que la gente “sienta” esos escenarios de “dolor/placer” es lo que enciende la transformación positiva.

 

7.      ¿Cómo ve las culturas organizacionales en la región de México y Latinoamérica? ¿Puede identificar algunas tendencias o caminos a seguir?

Es difícil generalizar; sin embargo, hay muchas empresas con un enfoque láser en la cultura y su importancia en impulsar el éxito. Coca-Cola FEMSA está haciendo un gran trabajo en este campo, igual que CLARO, en particular CLARO en Colombia.

 

bussines_team_2

FASCO-1

  1. Redescubrir la Obviedad, viendo las diferentes facetas del problema
  2. Eliminar el auto-engaño
  3. Buscar crear nuestro propio destino
  4. Ayudar a los colaboradores a crecer
  5. Saber detectar los talentos para el equipo y desarrollar un E.A.D.
  6. Tener la habilidad para sacar la mejor versión de los colaboradores
  7. Reinventarnos en R2 para realmente lograr el cambio
  8. Comprender que la innovación empieza con la gente   no con las condiciones de la empresa
  9. Construir una “ Cultura de Liderazgo de Alto Desempeño y Poder ”
  10. Comprender el Poder de los Supuestos para cambiar nuestra realidad
  11. La Congruencia en el Liderazgo
  12. Comprender que la Cultura es la mejor Estrategia para forjar líderes y generar resultados extraordinarios
  13. Trabajar sobre la parte baja del Icberg para lograr un cambio verdadero
  14. Comprender que hemos sido diseñados para liderar con humildad, con el corazón, la cabeza, las manos y los hábitos

bussines_team_21. Una crisis de Incompetencia en el Liderazgo a nivel mundial, por su incapacidad para replantearse nuevas estrategias y paradigmas en cuanto a su Gestión
2. Líderes que solo piensan en ellos mismos y en sus intereses y no piensan en su gente y en el impacto que con su liderazgo tienen sobre ellos
3. Líderes que no han entendido que el Liderazgo Compartido es Influencia y no autocracia ni paternalismo y mucho menos oportunismo
4. Problemas cuyo origen son las relaciones interpersonales disfuncionales
5. Líderes que hablan de cambio, se preparan para aprender nuevas formas de construir su futuro, pero Siguen haciendo las mismas cosas de siempre !
6. Ciegos guiando a otros ciegos, líderes que no se conocen ni se auto-gobiernan y por consecuencia no pueden liderar a nadie con influencia
7. Incapacidad e intereses personales que no rompen el status quo, el paternalismo y la autocracia en su liderazgo
8. Falta de Humildad y Congruencia en los Líderes que por su autoengaño en más del 60%, no pueden y no quieren ver los hechos crudos de su realidad en cuanto al impacto de su Liderazgo y de la Cultura que provocan y el costo humano que paga la organización
9. Equipos Disfuncionales que no son capaces de producir Sinergia, ni de medir sus procesos de interacción humana
10. Estupidez Colectiva
11. Deterioro de la Confianza Mutua en las relaciones, falta de franqueza y sinceridad ; relaciones enmascaradas
12. Problemas serios en el manejo de dos temas “ Tabú ” como lo son el Conflicto y la Crítica
13. La presión por el balance final, sin importar los medios
14. Líderes cansados, escépticos, frustrados y que sufren el vivir con aquella orden de hace más de 2000 años de “ Ganarás el pan con el sudor de tu frente ” Esquizofrenia Organizacional

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