Uncategorized

Miguel Ángel Pla
Presidente y Director General – MPC
direccion@miguelpla.com
Teléfono: (81) 83 78 47 10

El cambio consiste en la movilización de los recursos humanos para obtener mejores resultados, productividad, calidad, creatividad e innovación. Las metas son: Más utilidades, crecimiento sostenido y competencia eficaz en una economía global.

Ya no se puede dar por sentado que un equipo será eficaz si se reúne un grupo de personas suficientemente talentosas para realizar una tarea común, aun cuando los objetivos sean claros.

Una cosa es saber lo que es importante para efectuar mejoras y otra cosa es ponerlo en práctica.
¿Por qué ha sido tan difícil fortalecer la cantidad y la calidad de la participación?

No se ha logrado aumentar la participación por emulación de la “excelencia” ni por asociación indirecta.
La recomendación de Blanchard de que el encomio y la censura juiciosamente empleados durante una serie de contactos de un minuto con un subalterno pueden estimular la mejora del compromiso, ha merecido comentarios muy variados.

Por qué es esencial el trabajo en equipo:

Muchas empresas se han dado cuenta de que las personas son su más importante recurso estratégico. La reglamentación es autoritarismo escrito. Han surgido nuevas áreas de libertad de acción y espíritu de empresa, y las aptitudes de participación se han vuelto todavía más esenciales para el éxito.

Es mucho lo que se ha escrito sobre excelencia y visión en las organizaciones pero cuando se hace un esfuerzo por ponerlo en práctica, choca con la cultura existente.

Excelencia en el trabajo en equipo:

Un equipo que va más allá de sus limitaciones organizacionales obtiene resultados muy superiores a las normas de la empresa y al mismo tiempo ocasiona un desempeño sobresaliente y logran hacer otros grupos para imitarlos.

El papel del liderazgo:

Los líderes deben presentar una visión de posibilidades futuras. Existe una dimensión de asegurar el trabajo en equipo. En la mayoría de las estrategias actuales encaminadas a ello se incluye el ejercicio del poder para imponer obediencia, el empleo de alguna recompensa para modernar la resistencia, y la negociación para llegar a una posición que no alcanza a ser la ideal.

Es mucho más positivo estimular la participación del empleado en la creación de la visión.

El papel del trabajo en equipo:

Crear equipos implica acción deliberada para identificar barreras y derribarlas, y cambiar comportamientos indeseables por otros que puedan llevar un desempeño óptimo.

Sinergia y trabajo en equipo:

El concepto de sinergia es sumamente interesante ya que exige aporte individual, estar informado y respeto mutuo; no se puede imponer por el orden de una autoridad ni puede ser producto de la indiferencia.
La sinergia es la visión que está al alcance de todo equipo en toda organización.

Cada miembro, incluso el líder, tiene que asumir la responsabilidad de crear una visión, adoptarla como suya y compartir las responsabilidades de alcanzarla.

Liderazgo de equipo:

No hay duda de que el líder del equipo carga con la responsabilidad final de su éxito. La cuestión es si en el ejercicio de ese liderazgo se aprovechan eficazmente los recursos del equipo para producir resultados positivos. Los líderes interpretan de distintas maneras el mandato que reciben:

•Unos creen que deben ejercer autoridad para exigir obediencia.
•Otros piensan que un equipo contento, libre de conflictos, será el más productivo.
•Algunos interpretan su papel en el sentido jerárquico de tramitar el flujo de mensajes y órdenes que vienen de arriba.

Hay medios de emprender que dan mayores garantías de éxito. Las medidas finales del éxito son claras:

•Productividad alcanzada colectivamente

•Creatividad e innovación obtenidas tanto por hacer las cosas bien como por hacer las cosas que se deben de hacer.

•Satisfacción de los miembros del equipo

Cómo reconocer la cultura de un equipo:

La cultura se puede reconocer examinando las actitudes, las creencias y las opiniones que los individuos se comunican entre sí día tras día para participar y decidir qué hacer y qué no hacer.

Miguel Ángel Pla
Presidente y Director General – MPC
dirección@miguelpla.com
Teléfono: 83-78-47-10

El cerebro no puede funcionar sin que las funciones ejecutivas estén en su sitio, tampoco puede funcionar si se está ahogando en las hormonas producidas por el estrés. La realidad científica es que su gente piensa mejor cuando no está estresada, temerosa o deprimida.

Son muchos los líderes que no se preocupan demasiado por crear un clima emocional positivo para su gente y como resultado de su manera de llevar las cosas provocan estrés, temor y en ocasiones depresión.

Usted podría estar haciendo una gran cantidad de cosas pequeñas en las cuales este dañando a alguno de sus empleados, ninguna de ellos intolerable ni drástica pero aun así pudiera estar causando un efecto negativo.

El líder tiene un peso psicológico y emocional mucho mayor de lo que piensa. Las personas quieren complacer a sus líderes; no desean quedar mal con usted.

Cuando recibimos un comentario agresivo o humillante en el cerebro se produce un cambio; la descripción más común de los investigadores acerca de esto es como si un interruptor desconectara el cerebro superior para dar paso al inferior.

En el cerebro superior es donde operan las capacidades cognoscitivas como la lógica, el juicio, la razón, la creatividad, la resolución de problemas; en él están todas las cosas buenas que crean un alto rendimiento. De allí es de donde usted querría ver salir las decisiones de su personal.

En el cerebro inferior no se produce mucho de lo mencionado lo cual llamamos “pensamiento” Esta parte solamente decida “pelear o huir” y es aquí a donde manda la conducta instintiva.

En el síndrome de “pelear o huir” se liberan en el cerebro un conjunto de hormonas del estrés que esencialmente paralizan todas las funciones que nos hacen inteligentes, a fin de activar en su lugar otra parte del cerebro diseñada solo para responder y actuar ante el peligro.

Esto puede facilitar la explicación de muchas formas de conducta que debe haber visto con alguien anteriormente; la persona se pone a la defensiva y existe la posibilidad de que haga cosas por algún impulso.

Una de las mejores preguntas que nos podemos hacer a nosotros mismos es:

¿Qué clase de energía y humor estoy fomentando?

¿Qué clase de experiencia estoy introduciendo a mi equipo?

Existen dos impulsos humanos, la conexión y la agresión. Veamos la agresión en el buen sentido es decir; al tener iniciativa y energía canalizándola al servicio de las metas. El líder que es integrado hace ambas cosas al mismo tiempo y de una manera tal que una de ellas afecte a la otra.

El problema en el liderazgo es cuando damos una y nos falta la otra; estimamos a las personas pero no les estamos dando los límites que las pueden llevar a logros agresivos; cosas como estructuras, metas y medidas de responsabilidad… es ahí en donde les estamos fallando.

Mejore su empatía: La empatía constituye la habilidad humana más básica en cuanto a las relaciones, lograr tener la capacidad de interpretar cómo se siente el otro.

Cuándo necesite hablar con algún integrante del equipo analice y piense: ¿Cómo me sentiría yo si recibiera este mensaje? Sea firme en cuanto al asunto pero amable con la persona. Al ser líder tiene que preocuparse por lo que pasa en su propia mente pero también centrarse en lo que pasa por la mente de las personas que trabajen para usted.

Podemos ver el temor como motivador positivo es decir;

El temor a no alcanzar las metas, el temor a perder su participación, el temor a perder un cliente o incluso el trabajo. Ame el temor; pues eso le va a salvar la vida. Acéptelo, búsquelo y propáguelo pero de buena manera.
El estrés bueno empuja a las personas a hacer grandes cosas, mayores que si sus acciones no tuvieran consecuencia alguna ya sea positiva o negativa.

Entonces queda claro que cuando somos capaces de pensar acerca de nuestra manera de actuar y razonar logramos estar más capacitados para ir más allá de nuestras viejas formas de operar con el fin de establecer nuevos esquemas.
He aquí la clave de este tema: “El acto de que presten atención a lo que necesitan hacer de una manera diferente y mejor… la próxima vez no podrá producirse si se tiene miedo a lo que le puedan hacer en el presente.

Miguel Ángel Pla
Presidente y Director General – MPC
direccion@miguelpla.com
Teléfono: 83 78 47 10

Ciertas veces aun después de haber gastado toda esa energía, las formas en que las diferentes personas funcionan tanto en equipos como individualmente, afectan de manera negativa los resultados.

Con demasiada frecuencia estas cuestiones consideradas como “ligeras” se convierten en esquemas arraigados que determinan el aspecto que adquiere la empresa misma y la forma en que funciona.

Las debilidades personales y una dinámica interpersonal pobre pueden eclipsar los puntos fuertes; toda la inteligencia y todas las habilidades individuales de los miembros de equipo no producen los resultados que usted desea.

Tal vez se han perdido oportunidades, incluso cuando utiliza más tiempo y energía en un esfuerzo por intentar hacer que la gente siga en la dirección correcta.

Quizás usted puede identificar ciertos problemas en los cuales su equipo de trabajo se ve estancado:

• Los resultados son inferiores a los que debería estar produciendo la combinación de los talentos de todos.

• Los pensamientos y actitudes negativas echan raíces; las personas dan la impresión de ser “víctimas” de la economía.

• Ciertas personas tienen demasiado poder en un equipo o en un departamento lo cual permite que la disfunción se infiltre al resto.

• La velocidad de actuación se ve paralizada y ausente mientras que los planes y decisiones se retrasan.

• La cultura tolera la mediocridad o incluso una actuación pobre.

• Las personas de su equipo no están del todo enfocadas en lo que hacen.

• La costumbre de echarse mutuamente la culpa reemplaza una manera saludable de resolver problemas.

• La comunicación se produce en “la reunión después de la reunión” en lugar de producirlo frente a todo el equipo.

• No se ejerce en realidad una buena rendición de cuentas aunque el personal tenga “jefes”

• Los “atrasos” se han convertido en la norma.

• La celebración de los triunfos ya no se ve tan frecuente como solía ser.

• La empresa se siente dispersa en lugar de que sea una trayectoria centrada y ascendente.

• La organización tiene un aspecto de un alocado rompecabezas con faltas de cohesión y resultados desiguales.
¿Se ha detenido a analizar a la empresa en su totalidad?

¿Alguno de estos puntos le han sonado familiares?

No hay de qué preocuparse, las frustraciones descritas se producen con frecuencia incluso en el caso de personas talentosas y organizaciones de alto rendimiento pero es muy importante el observar cada una de ellas para poner una pausa en los instrumentos que ya no se requieren más y comenzar realizar nuevos planes y nuevas estrategias para obtener resultados enriquecedores.

Atenta invitación: http://www.miguelpla.com/correos/SoporteMailabril.html

Miguel Ángel Pla
Presidente y Director General – MPC
direccion@miguelpla.com
Teléfono: (81) 83 78 47 10

¿Qué es lo que hace posible que una persona mejore después de haber tenido un accidente debilitante mientras que otra persona se rinde y muere? Es la actitud.
La ventaja del ganador consiste en la actitud, no la aptitud. La actitud es la norma para obtener el éxito. Pero no se puede comprar la actitud por un millón de dólares. Las actitudes no se venden…

No siempre puedo escoger lo que me sucede, pero siempre puedo escoger lo que sucede dentro de mí.

Algunas cosas en la vida están fuera de mi control. Algunas están dentro. Mi actitud en las áreas que están fuera de mi control puede marcar la diferencia. Mi actitud en las áreas que sí puedo controlar marcará la diferencia.
La diferencia más grande que puede lograr mi diferenciador se encuentra dentro de mí, no de otros. Esa es la razón por la cual tu actitud es tu posesión más valiosa o tu desventaja más grande: Te forma o te destruye.
Una actitud mental positiva no va a dejarte hacer todo, pero puede ayudarte a hacer cualquier cosa mejor que si tu actitud fuera negativa.

Las personas más felices de la vida en los negocios no son necesariamente las que tienen lo mejor de todo; son las que simplemente tratan de sacar el mejor provecho de todo.

La actitud de una persona tiene una profunda influencia en su manera de ver la vida.
La vida a menudo te da lo que tú esperas de ella. Si esperas cosas malas, eso recibirás. Si no crees, inténtalo. Date un plazo de 30 días en los que esperas lo mejor de todo: el mejor lugar en el estacionamiento, la mejor mesa de restaurante, el mejor equipo de trabajo, la mejor interacción con clientes, el mejor trato de parte de la gente que ofrece servicios.

Te vas a sorprender de lo que vas a encontrar, especialmente si también das a otros lo mejor de ti en cada situación.
Para tener éxito, una persona necesita poder trabajar bien con otros. Por eso dijo Theodore Roosevelt: “el ingrediente más importante en la fórmula para tener éxito es saber cómo llevarse bien con la gente”.
En cuestión del trato con la gente, la actitud marca la diferencia.

En la vida, los obstáculos, los desafíos, los problemas y los fracasos son inevitables, ¿Cómo vas a manejaros? ¿Te vas a rendir? ¿Permitirás que las circunstancias te vuelvan una persona miserable? O ¿Vas a tratar de sacar ventaja de las cosas? El camino que escojas depende de tu actitud.

Cuando un problema viene a caer a tener contacto con una persona que tiene una actitud positiva, el resultado es a menudo algo maravilloso.

Pueden surgir grandes hombres de negocios… Cada desafío tiene una oportunidad, y cada oportunidad tiene un desafío.
¿Cuándo es la actitud lo más importante?

Cuando la vida misma está en juego, y en esos momentos es verdaderamente lo que marca diferencia.
Tu actitud ejerce una profunda influencia sobre la manera en que ves al mundo, y por lo tanto, sobre la manera en que vives tu vida.

No lo es todo; pero es lo que puede marcar la diferencia en tu vida personal y de negocios.

RSS
Facebook
Twitter