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Miguel Ángel Pla
Presidente y Director General
direccion@miguelpla.com
Teléfono: (81) 43 00 25

Pasas una gran parte de tu día trabajando y compartiendo momentos con tu jefe.

Esa relación es una de las más importantes de tu vida por la repercusión que tiene en tu bienestar profesional y emocional.

¿Te has parado a pensar qué haces para mantener un buena relación con tu jefe?

Emplea esa energía en buscar soluciones a los problemas que hay en torno a tu trabajo y el incremento de sueldo y el reconocimiento llegaran luego. En vez de llorar por los clientes que la empresa ha perdido, prepara un plan de marketing alternativo y preséntaselo a tu jefe.

Intenta colaborar más allá de tus responsabilidades. Trata la lista de cosas que tienes que hacer en el trabajo como un plato de tu comida favorita; devórala y degústala. Y cuando lo hayas terminado, pide postre (alguna tarea extra) al jefe y si sigues teniendo hambre de éxito platícalo con él.

Pregúntate que es lo que tu jefe espera de ti y si no lo sabes puedes preguntárselo y verificar lo que has hecho. Hazle saber que tú estás ahí para conseguir juntos objetivos comunes. Tu jefe te necesita más de lo que piensas. El resultado de tu trabajo se reflejará en sus éxitos.

Cada jefe posee su propio estilo: los hay autoritarios, democráticos, asesores, o incluso complacientes. Si conoces el estilo del tuyo, eso te ayudará a entender mejor sus acciones y te dará una idea de cómo compenetrarte mejor con él.

Miguel Ángel Pla

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Los historiadores tienden a escribir sobre los grandes líderes como si poseyeran una genialidad trascendental, como si fueran capaces de crear sus visiones y su sentid o del destino extrayéndolos de alguna misteriosa fuerza interior. Quizás algunos sean así, pero un examen más cuidadoso generalmente demuestra que la visión no se originaba en la personalidad del líder, sino más bien en Otros.

Martin Luther King encontró muchas de sus ideas en el estudio de la religión y de las ideologías sobre la ética, lo mismo que en las tradiciones de su propio pueblo y de otros. Lenin recibió gran influencia de los conocimientos de Karl Marx, tanto como muchos líderes empresariales contemporáneos son influidos por los trabajos de economistas destacados. Las visiones de Alfred P. Sloan para el futuro de General Motors en gran medida fueron formadas por el paradigma cultural prevaleciente: el “sueño americano” y el rol del capitalismo en él.

Steve Jobs en Apple y Edwin Land en Polaroid pudieron desarrollar sus visiones a partir de procesos lógicos, principalmente buscando las imitaciones técnicas de tecnologías conocidas.

En todos estos casos, el líder puede haber sido aquel que escogió la imagen de las que estaban disponibles en el momento, la articuló, le dio forma y legitimidad, y centró la atención en ella, pero solo rara vez el líder fue quien en primer lugar concibió la visión. Por consiguiente, el líder debe ser un magnífico oyente, y particularmente debe escuchar a quienes promueven imágenes nuevas o diferentes de la realidad emergente. Muchos líderes establecen canales de comunicación, tanto formales como informales, para tener acceso a estas ideas.

La mayoría de los líderes también pasan una considerable parte de su tiempo interactuando con consejeros, consultores., otros líderes, profesores, planeadores y una amplia diversidad de personas, tanto dentro como fuera de su propia organización. Los líderes exitosos que hemos encontrado son grandes preguntones y prestan de verdad atención.

Consideremos un ejemplo típico. Suponga que se le ha pedido a usted que se haga cargo de un banco regional que opera en el Estado de California. La junta de directores ha acudido a usted para buscar liderazgo como resultado de su éxito en un banco más pequeño en otro Estado. ¿Cómo desarrollaría un sentido de dirección en estas circunstancias nuevas? ¿A quién le prestaría atención y cómo podría ayudar a desarrollar una visión adecuada del futuro? Básicamente, existen tres fuentes en las cuales se puede buscar ayuda: El pasado, el presente, e imágenes alternativas de futuras posibilidades. Vamos a considerar por turnos cada una de ellas.

Miguel Ángel Pla

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Que un proyecto salga hacia delante o que un grupo de trabajo funcione, en gran parte, depende de un buen líder que dirija, organice, delegue y sea respetado. Ya hablamos sobre los tipos de líderes en el trabajo pero, ¿Qué aspectos tienes que trabajar si quieres ser un buen líder?

 

Comunicación

Un buen líder tiene que saber comunicar y trasmitir a sus empleados o compañeros, pero también tiene que saber escuchar. El líder tiene que dar su opinión pero eso no significa que sea una verdad absoluta. Tiene que haber un feedback con los trabajadores.

Integridad

Hay que ganarse el respeto de los trabajadores y siendo íntegro lo conseguirás más fácilmente. Alguien que va con la verdad por delante y no traiciona a nadie será un ejemplo a seguir para todos. Además, de este modo evitarás moverte en un ambiente de trabajo hostil.

Conocimiento

Aunque no es el aspecto más importante, ya que un líder también puede rodearse de buena gente y triunfar coordinándolos, sí que facilita el proceso de toma de decisiones y el respeto de la gente que tienes a tu mando. No hay que olvidar que hay que estar en constante aprendizaje y atento a los últimos estudios y tendencias.

Decisión

Tiene que saber decidir y tomar la decisión en el momento que sea necesario. Ideas y opciones tenemos todos, pero elegir la correcta tiene unas responsabilidad que tiene que asumir el líder.

Motivación

Hay que saber motivar a los empleados y saber levantar el ánimo de uno mismo. Días difíciles los tenemos todos pero el líder tiene que sobreponerse y llegar al trabajo al 200% y, lo más importante, contagiarlo al resto.

Simpatía

Dar órdenes no significa ser un ogro con las personas a tu mando. Es recomendable ser igual de agradable con los trabajadores que como con los clientes. Escuchar los problemas y preocuparse por su gente hará que en los momentos difíciles tanto profesionales como personales te sientas respaldado.

Retroalimentación

Un buen líder se retroalimenta de su grupo. Él decide pero no es un dictador. Escuchar las ideas de los demás, lo que pueden aportar y las inquietudes que tengan puede aportarte conocimientos y diferentes visiones. Muy recomendable para no resultar autoritario y que la gente se sienta valorada.

Gestión tiempo

Por desgracia el tiempo es finito. Hay que organizar bien las tareas y aprovechar bien el tiempo que tenemos de trabajo. Si lo hacemos bien podremos incluso descansar y así no saturar a nuestra gente. Un buen líder entrega sus trabajos en el día o incluso antes.

Mejoría

Buscar la perfección no es malo, pero sí obsesionarse con ella. Siempre hay que intentar mejorar y perfeccionar las técnicas, tiempos de ejecución, tareas… pero siendo conscientes de que no siempre vamos a conseguirlo. Y no por ello tenemos que desesperarnos.

Control

Una persona no puede estar al tanto de todo. Puedes ser un genio y querer controlar cada cosa pero eso va a evitar que puedas aplicar todo tu potencial en ciertas tareas. Delega y haz jefes de equipo que te mantengan al tanto de todo pero sin estar pendiente de cada trabajo.

 

Aunar todos estos aspectos es muy complicado, sin embargo un buen líder trabaja por mejorar aquello de lo que carece y potencia aquello que tiene. Tiene que saber ser el mejor, o al menos intentarlo, con lo que tiene y no rendirse nunca

Miguel Ángel Pla

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1.- No crear tensiones innecesarias.

Los líderes en ocasiones originan tensiones inconscientes cuando pretenden que sus profesionales actúen como ellos en lugar de permitirles que sean auténticos. Si éstos perciben que no les importan al líder puede surgir el resentimiento, por el contrario respetarán a los que están dispuestos a sacar partido de sus competencias y permiten que no se sientan limitados o restringidos.

2.- Detectar las competencias de sus profesionales.

El líder debe detectar las fortalezas de sus colaboradores, en lugar de criticar sus debilidades y trazar planes en los que puedan contribuir al máximo. Tiene, también, que detectar qué es lo que importa más a sus profesionales y permitirles que crezcan y lo desarrollen.

3.- Facilitar el desarrollo del potencial de los miembros de su equipo.

Nunca seremos capaces de conocer de lo que un colaborador es capaz si no le damos responsabilidades para conocer su auténtico potencial. Para ello se les puede poner en situaciones en los que puedan incrementar su confianza y autoestima. Supone que el líder debe estar dispuesto a observar y a permitir los fallos y a ayudarles a superarlos.

4.- Situar a los miembros del equipo en posiciones en las que tengan influencia.

Situar a los miembros del equipo en posiciones en las que tengan influencia para ver cómo reaccionan y se comportan en su nuevo rol. Supone permitir que estos descubran su potencial y observar cómo lideran y colaboran con otros. Los profesionales más comprometidos son aquellos que sienten que sus líderes confían en ellos y les asignan responsabilidades, concediéndoles autonomía para desempeñarlas.

5.- Compartir los éxitos con los miembros del equipo.

De esta manera conseguiremos que se sientan parte importante de los logros. Los colaboradores quieren apoyar, también, a sus líderes en los momentos en que estos se sienten vulnerables si éstos son capaces de serlo suficientemente transparentes para compartir sus momentos de debilidad. No aspiran a tener líderes perfectos , sino quieren que sean lo suficientemente abiertos como para compartir su camino con ellos.

6.- Mostrarse consistentes.

Mostrarse consistentes, para facilitar el que los profesionales puedan confiar en ellos y ganar su respeto. En muchas ocasiones los líderes no son conscientes de que para retener y comprometer a sus colaboradores deben tener en cuenta en sus actuaciones a los intereses, deseos y aspiraciones de éstos. Si no se sienten respaldados por sus líderes no se van a comprometer.

Miguel Ángel Pla
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Los líderes tienen un rol significativo en la creación del estado mental que es la sociedad. Pueden servir como símbolos de la unidad moral de la sociedad, Pueden expresar los valores que mantienen, unida a la sociedad. Y lo más importante pueden concebir y articular objetivos que saquen a las personas de sus preocupaciones baladíes y las pongan por encima de los confíe- los que desgarran a la sociedad, y las unan en la búsqueda de objetivos que sean dignos de sus mejores esfuerzos.
Existe este lugar en las personas, en donde están ellas alineadas, en donde no es necesario decirles lo que deben hacer; por sí mismas más o menos resuelven lo que es necesario hacer y dónde pueden trabajar en armonía con los demás, no en función de un montón de acuerdos y contratos, sino como algo emanado de un sentido de armonía… Es algo parecido a lo que se ve en la tripulación de un barco de vela que trabaja junta cuando una de las cuerdas se rompe. Se dan muy pocas órdenes si es que se dan, nadie espera al otro y nadie se le atraviesa en su camino.
Líderes capaces de desplegar sus ideas y a sí mismos en consonancia y, por consiguiente, de comprometerse en un riesgo mayor —la exposición y la intimidad que la mayoría de nosotros anhelamos emocionalmente, defendemos retóricamente, pero en la práctica esquivamos.
Dando lo mejor de si, estos líderes —un grupo bastante dispar de muchas maneras superficiales— se comprometen en una empresa común y son lo suficientemente elásticos para amortiguar los conflictos; lo suficientemente valientes, ahora y entonces, para ser transformados por las energías que los acompañan; y capaces de mantener una visión que comprenda el total de la organización.
La organización encuentra su mejor expresión en la conciencia de una responsabilidad social común, que es traducir esa visión en una viviente realidad.
Este es el “liderazgo transformativo”, la esfera de esos líderes que hemos venido analizando, líderes idénticos a John Gardner — y a quellos a quienes él se refería: líderes que pueden configurar y exaltar los motivos y objetivos de sus seguidores. El liderazgo transformativo alcanza un cambio significativo que pone de manifiesto que son comunes los intereses de líderes y seguidores; sin duda, libera y agrupa las energías colectivas en busca de un objetivo común.
Ahora podemos hacer algunas generalizaciones sobre el liderazgo transformativo: es colectivo, existe una relación simbiótica entre líderes y seguidores, y lo que hace que sea colectivo es el sutil interjuego entre los deseos y necesidades de los seguidores y la capacidad del líder para entender, de una manera u otra, esas aspiraciones colectivas.
El liderazgo es “causativo”, lo que quiere decir que el liderazgo puede inventar y crear instituciones que puedan habilitar a los empleados para que satisfagan sus necesidades. El liderazgo es moralmente determinado y exaltador, lo que quiere decir, si no significa algo más, que mediante el despliegue de su talento los líderes pueden escoger propósitos y misiones que se basan en valores clave de la fuerza de trabajo, y crear la arquitectura social que los sustenta.
El liderazgo puede producir en los seguidores grados de conciencia más altos, tales como libertad, justicia y autorrealización. Pero tal como lo hemos dicho sin rodeos en el capítulo introductorio, y explícitamente a lo largo del libro, la mayoría de las organizaciones son administradas, no guiadas. Característicamente, la administración consiste en un conjunto de intercambios contractuales, “usted hace este trabajo por esa recompensa” o como lo dice Erhard, “un grupo de acuerdos o contratos”. Lo que se intercambia no es trivial: empleos, seguridad, dinero.
El resultado, en el mejor de los casos, es la condescendencia; en el peor, se obtiene una rencorosa obediencia. El resultado final del liderazgo que hemos adelantado es completamente diferente: es habilitación.

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Se busca con ella concentrar todos los esfuerzos y el potencial de cada uno de los miembros de un equipo de trabajo en la obtención de los logros. Los errores por una deficiente administración pueden tener graves consecuencias tanto en las organizaciones privadas como en las públicas, así como también en la vida cotidiana de las personas, donde a una escala menor también tiene lugar un ejercicio administrativo.

La administración en una empresa es un tema central y hay que tener en cuenta que a mayortamaño y cantidad de recursos, más importante se vuelve una correcta administración: las empresas más grandes a menudo cuentan con grandes departamentos de administración, buscando satisfacer este requerimiento.

La administración es fundamental, entonces, pues imparteefectividad a los esfuerzos humanos,además de ayudar a obtener mejor personal, equipo, materiales y relaciones humanas.

Te invito a que tomes en cuenta los siguientes puntos:

  • La administración se da donde quiera que exista una organización.
  • El éxitode una empresau organismo social, se debe a la buena administración que posea.
  • Para las grandes empresas, la administración científicaes esencial.
  • Para las empresas pequeñas y medianas, la manera más indicada de competir con otras es el mejoramiento de su administración, dicho en otras palabras, tener una mejor coordinaciónde sus recursos incluyendo al humano.
  • Para lograr un incremento en la productividad, dependerá de una adecuada administración.
  • Para las organizaciones que están en vías de desarrollo, el principal elemento para desarrollar su productividad y su competitividadcon otras es mejorar la calidaden su administración.

 

 

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Cuando hayas hecho todo lo que podías para ayudar a los miembros de tu equipo, y cuando se hayan ido y estén volando alto, podrás pensar que terminaste. Pero no es así. Aún queda un paso más que dar para complementar el trabajo.

Enséñales a repetir la fase de desarrollo y guiar a otros. Es que no hay éxito sin sucesor.

Este proceso con las personas será una gran alegría ver cómo los líderes que desarrollas y equipas vuelvan a repetir el proceso con los demás.

Debe ser similar a lo que siente un bisabuelo al observar las generaciones sucesivas que se han criado en su familia. Con cada una, el éxito continúa.

Los efectos positivos de desarrollar a otros son siempre notorios.

Tú puedes elevar a la gente que te rodea  y enseñarle a volar. Es verdad que hay que desearlo y comprometerse con el proceso, pero es la parte más gratificante del éxito.

Una vez que aprenden, son capaces de llegar casi a cualquier parte. Y a veces, cuando están volando alto, te ayudan a ti también.

Nunca te arrepentirás de haber invertido tiempo en la gente

Miguel Ángel Pla

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Los líderes deben prepararse para ser capaces de innovar, motivar y adaptarse a las nuevas e inesperadas situaciones que se presenta. En todo esto es fundamental el liderazgo organizacional.

El liderazgo organizacional es la habilidad del líder para orientar el trayecto a seguir, a través de la estimulación, de todas las áreas que conforman un sistema de organizaciones; potenciando al máximo cada una de ellas y logrando, a través de la creatividad, la consecución de objetivos y la satisfacción de las necesidades de la empresa.

Es una capacidad interpersonal del líder a través del cual éste influye, induce y anima a los empleados a llevar a cabo los objetivos de la empresa con entusiasmo y por propia voluntad.

Cabe mencionar que una de las desventajas es que cuando el líder no tiene control sobre las recompensas del organismo, o cuando existe un alejamiento importante entre los superiores y los subordinados, el líder es anulado tanto en su función de relacionarse con el grupo como en su función de organizar el trabajo.

¿Cuáles son las características del liderazgo organizacional?

  • La existencia de planes
  • Un procedimiento estandarizado
  • Formalización
  • Firmeza organizacional

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Para comenzar éste tema primeramente debemos comprender qué es trabajo en equipo y cuál es el objetivo de éste.

Es aquel que está formado por un grupo determinado de personas y que juntos persiguen un único objetivo en común. Las personas que deben de componer un equipo funcional poseen habilidades diferentespara completar más si cabe el conocimiento.

Un equipo de trabajo es ante todoauto-gestionado, donde cada uno comparte la información con la que cuenta.

Las características más importantes del trabajo en equipo están relacionadas con:

  • Objetivos comunes. Las metas establecidas deben de ser iguales para todos y conocidas por todos. La consecución del éxito depende del objetivo y de un mismo camino para conseguir el resultado.

 

  • Liderazgo. En todos los equipos se necesita la figura de una persona que lleve las riendas del trabajo, que sean capaces de dirigir a los trabajadores hacia la buena dirección comunicando los objetivos.

 

  • Impulso de la comunicación. La falta de comunicación es uno de los problemas más graves para el conflicto y los problemas en el trabajo. Hay que involucrar a todas las personas intercambiando información.

 

  • Resolución de problemas. Autoevaluación para detectar los errores y corregirlos. Se deben tomar las decisiones de manera conjunta para llegar a la mejor solución.

 

  • Motivación. Compromiso de trabajo en equipo y estimulación de nuevas ideas para aumentar el nivel de satisfacción. La motivación de los trabajadores es lo que hará que la gente cumpla con sus obligaciones para conseguir los objetivos comunes.

 

  • Interdependencia. De algún modo todos aprenden de todos, experimentando nuevos métodos.

 

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