01Nov 2018

Las conversaciones son un hábito y a través de la conciencia vocal aprendes cómo cambiar del comportamiento inconsciente al consciente en cada encuentro para que tú decidas cómo quieres ser conocido.

Mientras progresas en tu viaje de la conciencia vocal, tómate tu tiempo y practica conscientemente. Estás aprendiendo nuevas habilidades que te ayudarán a evolucionar hasta ser el líder que eres capaz de ser.
¿Te has fijado que algunas personas al conversar transmiten una sensación de confianza y seguridad, la cual se manifiesta a través de gestos, movimientos y posturas? ¿Te gustaría desenvolverte así en tus próximas reuniones? Si respondiste sí, entonces continúa leyendo la siguiente nota y mejora tu comunicación no verbal con los siguientes consejos.
Arthur Joseph, colaborador de la revista Entrepreneur, dice que las conversaciones son un hábito y a través de la conciencia vocal aprendes cómo cambiar del comportamiento inconsciente al consciente en cada encuentro para que tú decidas cómo quieres ser conocido.
Nuestro lenguaje corporal dice mucho. Sigue los consejos que Arthur nos comparte, los cuales te ayudarán a afinar la comunicación de tu cuerpo.
1. No hay botón de “apagado”
La postura es la preparación para todo lo que hacemos. Pregúntate cómo sería encarnarte a ti mismo en estatura. Cuando lo hagas, el primer descubrimiento es que el cuerpo inhala. Tus músculos centrales se estiran y tu pecho se expande.
No estamos hablando de pararse o sentarse derecho como si estuvieras poniendo atención. No es sólo una postura física, sino un estado mental. En otras palabras, trabaja en tu postura, ésta enmarca quién eres, no simplemente lo que haces.
2. Deja ir la tensión
Frente a un espejo saca tu lengua y relaja tu mandíbula, cuello y hombros al poner dos dedos en tu boca bajo tu lengua y suelta lentamente. Tu lengua debe estar más relajada, no cóncava o convexa, sólo flácida. Coloca tu otra mano debajo de la línea de tu labio formando una V entre tu pulgar y tu dedo índice y lentamente jala tu mandíbula hacia abajo.
Si te observas en un espejo, verás que tu lengua se irá para atrás, tu cabeza para abajo y tu cuello y hombros estarán tensos. Si haces frecuentemente este ejercicio, no sólo te sentirás más relajado y confiado, también lo reflejarás.
3. Trata de mantener contacto visual
Como nuestra voz, nuestros ojos transmiten todo. El contacto visual nos conecta literal y figurativamente con los otros. Es una técnica crítica que te ayudará a romper con los comportamientos inconscientes que mandan las señales incorrectas a tu audiencia, como ansiedad, inseguridad o desconfianza.
Hacer esto también cambia el sonido de tu voz. Notarás un tono más bajo, con mayor resonancia y energía vocal. Te ayudará a encarnar la integridad, la confianza y la autoridad.
4. Haz gestos con propósito
Esto te ayudará efectivamente a contar la historia o restar valor a los que estás diciendo. En cualquier presentación, todos los gestos deben ser propositivos, no al azar, inconscientes o repetitivos.
Toma en cuenta que la forma en la que te paras frente a tu audiencia importa. Practica frente al espejo, pon tus manos frente a ti justo debajo de la línea del cinturón estrechando una mano con la otra y observa cómo te ves. Para tu siguiente práctica, primero entabla la estatura y esta vez entrelaza tus dedos. Observa como inmediatamente pareces más centrado. Este pequeño ajuste de las manos crea una gran diferencia visual.
5. Recuerda el saludo de manos
Esta es normalmente la primera conexión que haces con alguien. Puede parecer algo tonto ya que lo hacemos todos los días, pero es mucho más.
Un saludo de manos es un ecualizador. Transmite sinceridad, calidez y debe ser firme, pero no agresivo. No hay excepciones por la edad, sexo o estatus. Practica estrechar la mano con un amigo o colega mientras mantienes contacto visual. No te apresures.
Mientras progresas en tu viaje de la conciencia vocal, te darás cuenta que cada paso está diseñado para ser un maestro en la comunicación. Tómate tu tiempo y practica conscientemente. Estás aprendiendo nuevas habilidades que te ayudarán a evolucionar hasta ser el líder que eres capaz de ser.
01Nov 2018

The best boss I ever had.” That’s a phrase most of us have said or heard at some point, but what does it mean? What sets the great boss apart from the average boss? The literature is rife with provocative writing about the qualities of managers and leaders and whether the two differ, but little has been said about what happens in the thousands of daily interactions and decisions that allows managers to get the best out of their people and win their devotion. What do great managers actually do?

In my research, beginning with a survey of 80,000 managers conducted by the Gallup Organization and continuing during the past two years with in-depth studies of a few top performers, I’ve found that while there are as many styles of management as there are managers, there is one quality that sets truly great managers apart from the rest: They discover what is unique about each person and then capitalize on it. Average managers play checkers, while great managers play chess. The difference? In checkers, all the pieces are uniform and move in the same way; they are interchangeable. You need to plan and coordinate their movements, certainly, but they all move at the same pace, on parallel paths. In chess, each type of piece moves in a different way, and you can’t play if you don’t know how each piece moves. More important, you won’t win if you don’t think carefully about how you move the pieces. Great managers know and value the unique abilities and even the eccentricities of their employees, and they learn how best to integrate them into a coordinated plan of attack.

29Oct 2018

Identificar, desarrollar y retener con éxito el talento que pueda transformarse en liderazgo resulta fundamental para el éxito a largo plazo de cualquier organización. Por eso, muchas de ellas, especialmente las más grandes, dependen de profesionales a jornada completa de la llamada “gestión del talento”, personas que trabajan coordinadas con otras partes de recursos humanos (RR. HH.).

Esas personas de gestión del talento generan procesos para evaluar capacidades atribuidas a los líderes, así como establecen una estrategia para desarrollar ese tipo de talento con el tiempo. Los profesionales de gestión del talento de General Electric, por ejemplo, juegan un papel decisivo, tanto a escala corporativa como en las diferentes unidades de negocio. Cubren puestos vacantes, garantizan transiciones fluidas, impulsan procesos para evaluar el desempeño y desarrollan herramientas para que los mánagers puedan dirigir sus propias carreras.

Sobre el papel, este enfoque tiene sentido. Disponer del mejor talento es un imperativo estratégico, así que delegar el trabajo en un equipo centralizado de “expertos” debería garantizar que se haga bien. Una función centralizada también permite una revisión completa y objetiva del paisaje de talento de la organización: evita el problema del talento oculto en silos y facilita soluciones como formaciones sobre liderazgo de gran alcance y rentabilidad.

Desafortunadamente, la inversión en la gestión centralizada del talento durante la última década ha tenido resultados variados. Según una encuesta de la empresa CEB de 2013, “sólo una de cada cuatro compañías ha integrado eficazmente sus prácticas de gestión del talento en los objetivos estratégicos de la empresa”. De forma parecida, una encuesta de EY de 2012 entre casi 600 ejecutivos globales encontró que las funciones de gestión del talento suelen medir las cosas fáciles (como la retención de empleados), mientras que obvian otros factores importantes para el éxito de la empresa (por ejemplo, la combinación acertada de personas, habilidades y puestos).

A partir de mi experiencia colaborando con docenas de organizaciones y empresas en su gestión del talento, creo que existen al menos dos motivos que explican estos resultados impredecibles.

El primero es que el auge de la gestión del talento como una especialidad propia ha generado procesos que son, en el mejor de los casos, difíciles de entender y, en el peor, confusos para los mánagers. Siempre que una función se convierte en una “profesión”, con sus propias asociaciones, conferencias y certificaciones, empieza a crear también su lenguaje particular solo apto para unos pocos. Justo el año pasado, por ejemplo, la Asociación para el Desarrollo de Talento, una asociación profesional para el desarrollo del talento de los trabajadores, publicó un estudio de investigación que proponía 15 funciones básicas para el desarrollo del talento y 24 funciones secundarias que podrían ser importantes para algunas organizaciones. Incluso si los gestores del talento pudiesen recordar e implementar todas ellas, casi seguro que los mánagers las seguirían encontrando más confusas que útiles.

El segundo problema es que el aumento de una función centralizada facilita demasiado que los mánagers renuncien a su responsabilidad personal en la adquisición y el desarrollo del talento. En demasiadas empresas, la forma en la que los mánagers gestionan el talento no tiene ningún impacto sobre sus propias evaluaciones o retribuciones. Lo único que han de hacer es rellenar los cuestionarios de las revisiones del desempeño, acudir a reuniones y dar por hecho que RR. HH. se encargará de los problemas de personal. Y después, si las cosas no salen bien, culparán a RR. HH., a pesar de que su posición es mucho mejor para evaluar y desarrollar a su propia gente.

Contrarrestar estas tendencias no es fácil, pero hacerlo puede marcar una enorme diferencia en el rendimiento de la organización. Un buen ejemplo es Cognizant, un proveedor líder de tecnologías de la información, consultoría y servicios de subcontratación de procesos de negocio. Con sede central en Nueva Jersey (EEUU), Cognizant es regularmente reconocida como una de las empresas más admiradas y de más rápido crecimiento del mundo: dobló sus ingresos operativos y contrató a otros 100.000 empleados durante los últimos cinco años.

Para mantener esta trayectoria y gestionar una empresa con ahora casi un cuarto de millón de trabajadores, el CEO, Francisco D’Souza, ha convertido la creación de una cantera de liderazgo de alto rendimiento en un elemento crucial de las responsabilidades de cada líder. Quiere que sus líderes crezcan más rápido que el negocio. Mantiene reuniones mensuales con sus dos ejecutivos más altos y el CPO (siglas del cargo en inglés Chief People Officer, el equivalente al director de RR. HH.) para revisar los progresos del talento ejecutivo y la cantera en general. También evalúan regularmente si el desarrollo de talento está alineado con los objetivos estratégicos del negocio. Evalúan a las incorporaciones que llegan, el traslado de personas entre funciones, quién está considerado para puestos de responsabilidad, dónde existen lagunas y qué se hace para solucionarlas, etcétera. Carol Cohen, que dirige su función global de Talento Ejecutivo y Desarrollo de Liderazgo, lidera estas reuniones y guía el diálogo sobre las decisiones estratégicas, pero la última palabra pertenece al CEO y su equipo.

Cognizant también extiende la rendición de cuentas a propósito del talento a través de toda la jerarquía de mánagers. Las personas del equipo directivo no pueden ser las únicas centradas en este tema. Para hacerlo, la empresa elaboró un sencillo documento de revisión del desempeño que los mánagers pueden utilizar para evaluar a líderes potenciales cada año. El documento pregunta, por ejemplo, cómo encajan los colaboradores directos del mánager con las capacidades de liderazgo definidas por Cognizant. Pregunta qué puestos futuros podrían adaptarse mejor a cada persona a partir de sus intereses profesionales, movilidad y puntos fuertes. Esto proporciona una instantánea del talento de toda la organización que los líderes pueden utilizar a lo largo del año para plantear medidas objetivas para el desarrollo profesional y de la carrera. Los mánagers de Cognizant no pueden delegar a RR. HH. su responsabilidad en la gestión del talento. Se espera que la asuman.

Por supuesto, no todas las empresas pueden replicar lo que ha logrado Cognizant. Los principios básicos, sin embargo, pueden aplicarse en casi cualquier lado: identifique cómo la gestión del talento ayudará a impulsar el negocio, asegúrese de que los mánagers entienden la conexión entre el éxito del negocio y el desarrollo de talento y haga que sean responsables a la hora de transformarlo en una realidad.

26Oct 2018

Hay un dicho que señala que la gente no renuncia a un trabajo, renuncia a un jefe. Lo hemos escuchado tantas veces que cuando comenzamos a rastrear por qué los empleados se van de Facebook, todas las apuestas iban en dirección de los jefes. No obstante, los resultados de nuestra encuesta interna cuentan una historia diferente: cuando queríamos que la gente se quedara y se iban de todos modos, no era por su gerente. Al menos no en la forma en que pensábamos.

Por supuesto, las personas son más propensas a abandonar el barco cuando tienen un jefe horrible, pero llevamos años trabajando para seleccionar y desarrollar grandes jefes en Facebook y la mayoría de nuestros encuestados dijeron que estaban contentos. La decisión de marcharse se debía a su trabajo. Se fueron cuando su trabajo dejó de ser agradable, sus puntos fuertes no se valoraban y sus carreras no crecían.

En Facebook, las personas no renuncian a un jefe, renuncian a un trabajo. Pero, ¿quién es responsable de cómo es ese trabajo? Los gerentes.

Si desea mantener a su personal, especialmente a los mejores, debe prestar más atención a cómo concibe su trabajo. La mayoría de las empresas diseñan puestos de trabajo y luego les asignan personas. Nuestros mejores jefes a veces hacen lo contrario: cuando encuentran personas con talento, están abiertos a crear empleos específicos para ellas.

Al trabajar con nuestro equipo de Análisis de Personas, hicimos un filtrado de los datos de nuestra encuesta para predecir quién se quedaría y quién se iría en los próximos seis meses. En el proceso aprendimos algo interesante sobre los que finalmente se quedaron. Encontraron que su trabajo era un 31% más agradable, usaban sus puntos fuertes un 33% más a menudo y expresaron un 37% más de confianza en que estaban adquiriendo las habilidades y experiencias que necesitan para desarrollar sus carreras. Esto destaca tres formas clave en que los jefes pueden personalizar las experiencias para sus empleados: les permiten hacer el trabajo que les gusta, ayudarlos a aprovechar sus puntos fuertes y crear el camino para un desarrollo profesional que se adapte a las prioridades personales.

Disfrutar en el trabajo

Muchos de nosotros tenemos vocaciones no satisfechas en el trabajo y pasiones que no pudimos seguir en nuestras carreras. Ya sea porque carecemos del talento, de la oportunidad o de los medios para convertirlos en nuestras profesiones, llegar a una carrera diferente no hace que estas pasiones desaparezcan. Se quedan, como una versión profesional que se escapó. Dado que pasamos la mayoría de nuestras horas de vigilia en el trabajo, no siempre hay tiempo para que estas vocaciones sin respuesta sean un pasatiempo. Entonces, tratamos de incorporar nuestras pasiones a nuestros trabajos. Personalmente, conocemos a un abogado que no logró su sueño de ser piloto y, por lo tanto, buscó casos de aviación; y un maestro que se alejó de una carrera musical, pero trae una guitarra a clase. Pero dentro de las organizaciones, las personas a menudo necesitan apoyo para elaborar sus trabajos.

Los gerentes pueden jugar un papel importante en el diseño de trabajos motivadores y significativos. Los mejores hacen todo lo posible para ayudar a las personas a hacer disfrutar con su trabajo, incluso si eso significa sacarlos de roles en los que están destacando. Hace unos años, una de los directoras de Facebook, Cynthia, dirigía un gran equipo de socios comerciales de Recursos Humanos. Se dio cuenta de que no estaba pasando el tiempo haciendo lo que más le gustaba: resolver problemas con sus clientes. Ella había asumido más responsabilidades al administrar un gran equipo debido a su fortaleza como asesora de confianza de algunos de los líderes clave de Facebook. Pero una vez que asumió el trabajo, se dio cuenta de que implicaba hacer menos trabajo del que realmente le gustaba.

Con el apoyo de su gerente, Cynthia contrató a alguien nuevo en el equipo, con la visión a largo plazo de pedirle que dirigiera el equipo y luego regresar a un rol de asesora individual. Cynthia no solo estaba contratando a una persona que trabajaría directamente para ella; estaba contratando a su futuro jefe. Una vez que la nueva empleada pudo asumir ese papel, y cuando quedó claro que disfrutaba de los elementos organizativos y de gestión de personas de su trabajo, ella y Cynthia hicieron el cambio. Cynthia ahora está prosperando, resolviendo problemas con los clientes que tanto ama y ​​la nueva empleada lidera el equipo. Mantener a Cynthia en Facebook era mucho más importante para su jefe que mantenerla en un rol particular.

Con demasiada frecuencia, los gerentes no saben lo suficiente acerca del trabajo que disfruta la gente. Eso sale en las entrevistas de salida, una práctica estándar en cada departamento de Recursos Humanos para descubrir por qué las personas con talento se van y lo que les habría convencido para quedarse. Pero ¿por qué esperar hasta que salgan por la puerta? Uno de nosotros, Adam, ha trabajado con empresas en múltiples industrias para diseñar entrevistas deingreso. En la primera semana de trabajo, los gerentes se sientan con sus nuevos empleados y les preguntan sobre los proyectos favoritos que han hecho, los momentos en los que se han sentido con más energía durante el trabajo, los momentos en los que se han encontrado totalmente inmersos en un estado de trabajo constante y sus pasiones fuera del trabajo. Armados con ese conocimiento, los jefes pueden construir roles atractivos desde el comienzo.

Traer fortalezas poco utilizadas

En un mundo dominado por la especialización, ya hemos superado la era del Hombre del Renacimiento. En cada luna azul, vemos un ejemplo. Marie Curie ganó un premio Nobel por su trabajo pionero en física, y luego obtuvo otro en química. Richard Feynman transformó la electrodinámica, descifró jeroglíficos mayas y agrietó cajas fuertes en su tiempo libre. Aunque pocos alcanzan este nivel de logro en múltiples campos, muchas personas talentosas son polímatas. En Facebook, nuestro jefe de diversidad es un ex abogado, periodista y presentador de programas de entrevistas; uno de nuestros líderes de comunicaciones solía cantar en una banda de rock; y uno de nuestros gerentes de producto es un ex maestro. Lamentablemente, las descripciones de trabajo estrechas de las empresas sofocan su capacidad de utilizar el rango completo de las habilidades de sus empleados.

Los gerentes inteligentes crean oportunidades para que las personas usen sus fortalezas. Para ver cómo eso funciona, consideremos a Chase, que recientemente trabajó como ingeniero de software en Instagram. Hace unos seis meses, cuando su equipo pasó por una rápida iteración de productos para presentar nuevas herramientas y formatos, Chase ayudó a que el equipo obtuviera resultados excepcionales. Pero terminó el proyecto exhausto por la extensa codificación y el trabajo inter-funcional y comenzó a preguntarse si habría otras formas de contribuir. Hablando con su jefe Lu, se dio cuenta de que, aunque tenía una sólida formación técnica, donde realmente destacaba era la construcción de prototipos para ayudar a probar conceptos rápidamente y luego iterar. Instagram no tenía ningún rol que combinara este conjunto de habilidades y Chase no tenía un historial en el trabajo de diseño tradicional.

Lu convenció al equipo de diseño de que corriera un riesgo y le permitiera a Chase probar un nuevo rol para un “hackathon”. Durante ese tiempo, Chase se asoció con Ryan, un líder de diseño de producto, para construir rápidamente varios prototipos que probaron nuevas formas de capturar y compartir. Su éxito no solo lo llevó a un papel completamente nuevo para poder aprovechar sus puntos fuertes, sino que también creó las condiciones para formar un equipo más amplio de colaboradores con habilidades e intereses similares. Según Lu, “un cambio a este rol fue una obviedad para Chase y una victoria para Instagram. Todo lo que faltaba era el impulso para que esto sucediera”.

Crear nuevos roles no es la única manera de dejar que la gente juegue con sus puntos fuertes. En un mundo conectado, gran parte del trabajo es buscar y compartir conocimiento. Algunas estimaciones sugieren que los trabajadores del conocimiento pasan más de una cuarta parte de su tiempo buscando información. Depende de los gerentes ayudarlos a descubrir a dónde acudir. A medida que los gerentes aprenden quién sabe qué, pueden conectar los puntos, o mejor aún, crear una base de datos de expertos con capacidad de búsqueda. El objetivo es mostrar las fortalezas de los empleados para que las personas sepan a quién contactar.

Conciliar trabajo y vida familiar

En demasiadas situaciones, abrir una puerta en nuestras carreras significa cerrar una en nuestras vidas personales. Ese proyecto especial que anula la cita romántica con nuestra pareja. La gran promoción que impide pasar los fines de semana con nuestros hijos. Es un nuevo rol a lo largo de todo el país que nos aleja de nuestras familias.

En Facebook, nuestros mejores gerentes trabajan con personas para minimizar estas concesiones al crear oportunidades de carrera que combinan con las prioridades personales.

Shona, una líder de agencia, regresaba de la baja por maternidad a un rol global donde los husos horarios estaban directamente en conflicto con ser madre. Con su gerente, Shona desarrolló un plan de priorización para viajar. Para cualquier cosa que fuera importante pero no esencial, ella trabajaba con colegas regionales para que la cubrieran en sus reuniones. El gerente de Shona también la relacionó con un mentor en un rol global que la guio a través de su transición. En palabras de Shona, “este profundo nivel de apoyo me dio la confianza para volver a trabajar a tiempo completo mientras podía estar a disposición de mi hija”. Los gerentes que brindan este tipo de apoyo encuentran que su personal no solo cumple sino que también se queda más tiempo; están orgullosos de donde trabajan.

La gente deja el trabajo y es el momento de que los gerentes diseñen trabajos que son demasiado buenos para irse. Los grandes jefes montan escudos y protegen a sus empleados de la toxicidad. También abren las puertas a tareas significativas y oportunidades de aprendizaje: permiten que sus empleados reciban energía de sus proyectos, que rindan al máximo y que avancen profesionalmente sin dar pasos atrás en su vida familiar. Cuando tiene un jefe que se preocupa por su felicidad y su éxito, su carrera y su vida, termina con un mejor trabajo y es difícil imaginar trabajar en otro lado.

25Oct 2018

¿Por qué tan pocas personas se sienten satisfechas con su trabajo?

Hace unos años, le planteé esta misma pregunta a la profesora de la Escuela de Administración de Yale (EE.UU.) Amy Wrzesniewski, quien estudia estos temas y me dio una explicación que tenía mucho sentido. Los estudiantes, me dijo, “piensan que su vocación está debajo de una roca y que, si levantan suficientes rocas, la encontrarán”.

Las encuestas confirman que tener un significado es lo primero que los millennials dicen querer de un trabajo. Sin embargo, una investigación de Wrzesnieswski demuestra que menos del 50 % de las personas ven su trabajo como una vocación. Los buenos trabajos y carreras que emprenden muchos de estudiantes siguen sin satisfacerles y les producen ansiedad y frustración.

De lo que ellos -y, en mi opinión, muchos de nosotros- no se dan cuenta es que el trabajo puede ser importante, incluso si no se considera una vocación. Las cuatro ocupaciones más comunesen Estados Unidos son: dependiente de tienda, cajero, manipulador de alimentos/camarero, y empleado de oficina; todos estos, trabajos que no se asocian normalmente con la idea de “significado”. Pero todos tienen algo en común con los que sí, tales como miembros del clero, profesores y médicos: existen para ayudar a otras personas. Como ha demostrado el profesor de la Escuela Wharton de la Universidad de Pensilvania (EE.UU.), las personas que ven su trabajo como una forma de ayudar y facilitar a otras personas consideran sus empleos más significativos y relevantes.

Eso significa que se le puede encontrar un sentido a casi cualquier puesto en cualquier organización. Al fin y al cabo, la mayoría de las empresas crean productos y servicios para satisfacer una necesidad en el mundo y todos los trabajadores contribuyen a ello de una forma u otra. La clave es ser más conscientes sobre el servicio que se ofrece, como un todo y también personalmente.

¿Cómo? Una forma es empatizar con el usuario final o beneficiario. En un estudio, Grant y sus colegas encontraron que los recaudadores de fondos de un centro de llamadas universitario, a los que se les había presentado un estudiante cuya educación estaba siendo financiada por el dinero recaudado, pasaron un 142 % más de tiempo al teléfono con los donantes potenciales. Estas personas recaudaron un 171 % más de dinero que las que no habían conocido a los beneficiarios de las becas. Tanto si sus clientes son externos como internos, una mayor atención en ellos y en cómo ayudarles a vivir sus vidas y cumplir con su trabajo puede ayudarle a encontrar más significado en su propio trabajo.

Otra estrategia es recordar constantemente la meta general de la organización. Hay una gran historia acerca de un conserje con el que John F. Kennedy se topó en la NASA en 1962. Cuando el presidente le preguntó lo que estaba haciendo, el hombre dijo: “Ayudo a llevar un hombre a la luna.”. Life is Good es una empresa de ropa conocida por los diseños coloridos y con muñecos de palo en sus camisetas, pero su misión es en realidad difundir el optimismo y la esperanza por todo el mundo, y eso es algo que hasta los operarios del almacén entienden. Si trabajas en una gestoría, ayudas a personas y empresas con la desagradable tarea de pagar impuestos. Si eres un cocinero de comida rápida, facilitas a una familia una comida barata y deliciosa. Cada uno de estos trabajos tiene un propósito en el mundo.

Incluso, si no ve la forma de entusiasmarse con la misión y  con los clientes de la empresa en la que trabaja, todavía puede adoptar una mentalidad de servicio, al pensar cómo su trabajo ayuda los que ama. Piense en el siguiente estudio sobre las mujeres que trabajan en una fábrica de procesamiento de cupones en México. Los investigadores, liderados por el profesor de la Escuela de Administración WHU-Otto Beisheim (Alemania), encontraron que las trabajadoras que describían su trabajo como aburrido eran por lo general menos productivas que a las que les parecía gratificante. Sin embargo, para quienes veían el trabajo (aunque aburrido) como una forma de sostener y apoyar a sus familias, las diferencias de productividad desaparecían. Con esa actitud, eran tan productivas y enérgicas como las trabajadoras a las que no les incomodaba su tarea. Muchas personas entienden el propósito de su trabajo de una forma similar. Les ayuda a pagar la hipoteca, irse de vacaciones e incluso permitirles una afición que da sentido a sus vidas como las tutorías voluntarias, la jardinería y la carpintería.

No todo el mundo encuentra su verdadera vocación. Pero eso no significa que estemos condenados a trabajar en trabajos sin sentido. Si replanteamos nuestras tareas como oportunidades para ayudar a los demás, cualquier ocupación puede resultar más satisfactoria.

25Oct 2018

Hay una historia bien conocida sobre un limpiador de la NASA que, cuando JFK le preguntó cuál era su trabajo, respondió: “estoy ayudando a poner un hombre en la Luna“. Esta anécdota se usa a menudo para mostrar cómo incluso el más rutinario de los trabajos puede ser visto como significativo y valioso con la mentalidad adecuada y bajo un buen liderazgo.

Hoy en día, cada vez más empleados demandan mucho más que un buen salario de sus trabajos. El dinero puede atraer a una persona hasta un puesto de trabajo, pero el propósito, el significado y la perspectiva de un empleo interesante y valioso determinan tanto su permanencia en él como el compromiso con el que trabajarán mientras estén en la empresa. Encontrarle sentido al trabajo se ha vuelto tan importante que hay incluso clasificaciones públicas de los trabajos con mayor valor añadido. Aunque hay muchos factores que determinan cómo de atractivo puede llegar a ser un empleo, aquellos que contribuyen a mejorar la vida de otras personas son los más valorados (por ejemplo, la atención médica y el trabajo social. Curiosamente, los estudios metaanalíticos indican que solo hay una relación marginalentre la remuneración y la satisfacción que produce un trabajo. Un abogado que gana 150.000 dólares al año (127.000 euros) no está necesariamente más implicado que un diseñador freelance que gane 35.000 dólares al año (30.000 euros).

Diferentes investigaciones demuestran de forma continuada que las personas que consideran que su trabajo tiene algún significado aseguran tener mejor salud, sentir más bienestar, trabajar más en equipo y mayor compromiso. Estas personas, indican varios estudios, se recuperan más rápido de los contratiempos y son más propensos a ver los errores como oportunidades de mejora en lugar de fracasos. En otras palabras, las personas tienen más probabilidades de prosperar y crecer en un trabajo cuando piensan que tiene alguna razón de ser. Esta es la razón por la que las empresas con un sentido de propósito más sólido y claro tienden a tener un mejor rendimiento financiero. Como era de esperar, las empresas más exitosas en el mundo son también los mejores lugares del mundo para trabajar.

Durante las últimas décadas, una gran cantidad de investigación ha demostrado que los líderes desempeñan un papel importante en ayudar a los empleados a entender por qué son importantes sus trabajos. Es más, las características de liderazgo que permiten a estas culturas de significado y propósito involucrar a los empleados son también el reflejo de la personalidad de un líder, lo que se ha demostrado que tiene un fuerte impacto en el rendimiento del equipo y la organización.

En particular, las investigaciones realizadas sugieren que hay cuatro características clave de la personalidad que determinan la capacidad de una persona en posición de liderar para lograr que los trabajos de otras personas adquieran mayor sentido. Estas son:

1) Son curiosas e inquisitivas. Los estudios demuestran que las personas tienden a experimentar el trabajo como algo significativo cuando sienten que contribuyen a crear algo nuevo, sobre todo cuando se sienten capaces de explorar, conectar y tener un impacto. Los líderes curiosos ayudan a las personas a encontrar significado en el trabajo al explorar, preguntar e involucrar a otras personas en y sobre ideas del futuro. De alguna manera, los líderes curiosos ayudan a los empleados a encontrar algo significativo al ofrecer una gama más amplia de posibilidades de cómo se hace el trabajo, en contraposición a ser muy preceptivos y microgestionar. Los líderes curiosos también son más propensos a aburrirse y detestan la monotonía, por lo que siempre estarán buscando que la gente llegue a nuevas ideas para hacer su propia experiencia de trabajo más interesante.

2) Son desafiantes e implacables. Uno de los mayores problemas que las organizaciones deben resolver es la inercia y el estancamiento que siguen al éxito, o incluso a su anticipación. Hay estudios que demuestran que las personas optimistas que esperan hacerlo bien no se esfuerzan tanto como las personas que piensan que lo tienen difícil y pueden fracasar. Los líderes que siguen siendo ambiciosos tanto ante el fracaso como el éxito, y que empujan a sus equipos a permanecer insatisfechos con sus logros, infunden un sentido más profundo de propósito en sus equipos y organizaciones. Como resultado, los empleados sienten una sensación de progreso, reinvención y crecimiento, lo que a su vez da como resultado una experiencia de trabajo más significativa y positiva.

3) Contratan por valores y adecuación a la culturaAlgunos trabajos de investigaciónmuestran que las personas solo encuentra algo valioso si se alinea con sus principales necesidades y motivaciones. Esta es la razón por la que el alineamiento entre los valores personales de un individuo y la cultura de la organización en la que trabaja es un factor tan importante de su desempeño. De hecho, es mejor no contratar a los mejores, sino a personas que encajen bien en la organización. Los valores funcionan como una brújula o lente interna a través de la cual asignamos significado al mundo. Los líderes que prestan atención a lo que cada individuo valora son más propensos a contratar a personas a las que les será más fácil conectar con sus colegas y la organización en general, todo lo cual ayuda a impulsar un sentido de significado.

4) Son capaces de confiar en la gente. La mayoría de las personas odia ser microgestionada. Los jefes abrumadores y controladores son una grave fuente de falta de empoderamiento para los trabajadores. Esto drena el impacto del trabajo que hacen y les hace sentirse irrelevantes. En contraposición, los líderes que saben cómo confiar en las personas tienen más probabilidades de darles espacio para experimentar y crecer. En particular, ayudan a las personas a moldear sus roles, algo que los investigadores llaman job craftingconvertirse en artesanos de su propio trabajo. Los trabajadores que personalizan su trabajo tienden a sentir un sentido mucho mayor de importancia y valor porque sienten que su encargado confía realmente en ellos.

Nótese que las cuatro cualidades anteriores deben existir en concierto. Un jefe que es implacable pero no confía puede tratar de “mantener a la gente en alerta” siendo errático o impredecible, una manera segura de dañar el rendimiento y la moral. Un jefe que es desafiante pero no curioso puede percibirse como un matón, mientras que un jefe que confía pero no es desafiante parecerá un calzonazos. En resumen, hay una clara diferencia entre hacer el trabajo significativo y hacerlo divertido o fácil, al igual que hay una gran diferencia entre un empleado implicado y uno feliz. Mientras que la implicaciónse traduce en entusiasmo, unidad y motivación (todo ello aumenta el rendimiento y por tanto es valioso para la organización), la felicidad puede conducir a la complacencia. Para ser un buen líder, céntrese en ayudar a los empleados a encontrar sentido a sus logros más que en simplemente disfrutar de su tiempo en la oficina.

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