Le presentamos 3 pasos que pueden ayudarlo a facilitar su transición de miembro de equipo a jefe: juntas individuales, una sesión de planes en equipo y una ágil intervención con individuos resistentes.

 Acaba de enterarse de que ha sido ascendido y ahora estará dirigiendo a un equipo de sus antiguos compañeros -¡Emocionantes noticias! Eso es, hasta el momento en que se da cuenta de que su buena fortuna significa una decepción para sus colegas que no obtuvieron el trabajo. Cuando es promovido por encima de personas que siempre han sido amigos (o rivales), la relación de poder inevitablemente se altera.

He trabajado con equipos durante dos décadas y casi puedo garantizar que habrá momentos incómodos conforme pasa de miembro a líder del equipo. Sin embargo, estas tres cosas pueden ayudarlo a facilitar su transición: juntas individuales, una sesión de planes en equipo y una ágil intervención con individuos resistentes. He aquí cómo realizarla:

Primero, reúnase personalmente con cada miembro del equipo. Al tener individualmente sus primeras conversaciones jefe-subordinado, será capaz de personalizar el mensaje y ser más sincero de lo que podría en un entorno de grupo. Pase un tiempo considerable en cada reunión, escuchando a sus nuevos subordinados.

Al final de cada una de estas reuniones, aliste el apoyo de los individuos, al pedirles ayuda en áreas específicas donde pueden añadir valor. Todos saben que, de la noche a la mañana, usted pasó, de ser un par, a ser el jefe, y pretender que repentinamente tiene todas las respuestas dañará su credibilidad.

A continuación, es momento de su primera reunión en equipo. De ser posible, trate de hacerla con un formato especial; idealmente más larga de lo normal, en una ubicación distinta, como un centro de conferencias fuera de la ciudad o un salón de su oficina con sofás en lugar de mesas. Si pueden pasar una tarde y luego salir, para convivir socialmente, funcionará incluso mejor.

Comience discutiendo el propósito del equipo. Ya que usted ya era parte del equipo, tiene todos los antecedentes. Sin embargo, esta es su oportunidad para evolucionar el mandato de acuerdo con los tiempos cambiantes. Traiga a colación algunas de las ideas de las reuniones individuales e integre una discusión acerca de en qué cosas necesitan continuar en el mismo camino y en qué necesitan cambiar la trayectoria. Al hacer algunas modificaciones a las metas o prioridades del equipo, demostrará que no es solo un representante del plan del antiguo jefe, sino un líder por su propio derecho.

Finalmente, pase algo de tiempo explicando cómo quiere operar y cuáles serán sus reglas. Es muy útil si puede resumir sus filosofías en dos o tres principios de guía. Por ejemplo, si sabe que el equipo tiende a ser pasivo-agresivo, sea explicito acerca de su expectativa de que las preocupaciones se traten directamente. “Quiero ser muy claro en que todos los temas deben compartirse abiertamente, de forma que puedan resolverse. Por favor, no vengan a mí con un tema que no hayan tratado primero con la otra persona.” De este modo, si más adelante necesita lidiar con el mal comportamiento, habrá puesto el precedente desde el principio.

Al reunirse individualmente con los miembros de su equipo y después participar en una conversación sobre el rol y funcionamiento del equipo, avanzará mucho hacia el establecimiento de su liderazgo. Sea abierto y demuestre que está escuchando y aprendiendo, pero no cometa el error de ser insípido con la esperanza de no pisar callos.

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